En España nombrar el aceite de colza es casi como hablar de venenos. Aunque muchos ni tengamos memoria de los sucesos ocurridos en 1981 a causa de una partida de aceite en mal estado, lo cierto es que la mala fama que adquirió este producto lo hizo desaparecer de nuestras cocinas de una manera rotunda.
Para los que apenas recordéis lo sucedido, un breve apunte. El síndrome del aceite tóxico (SAT) fue una intoxicación masiva sufrida en España en la primavera de 1981.
El primer caso apareció el 1 de mayo de ese año y el 10 de junio se
descubrió el motivo que los causaba. Mientras tanto la intoxicación afectó a más de
20000 personas,
ocasionando la muerte de unas 1100 personas.
Las víctimas pasaban por tres fases bien diferenciadas:
- Una fase aguda que debutaba con una neumonía de tipo atípica (es decir, que afecta al tejido intersticial, el que forma el sostén de los tejidos) y un aumento de los eosinófilos en sangre.
- Una fase intermedia con tromboembolismo e hipertensión pulmonar, así como cefaleas y dolores musculares intensos.
- Finalmente, una fase crónica con afectación hepática, esclerodermia (un endurecimiento anormal de la piel, que también puede afectar otros órganos) y neuropatía (afectación nerviosa).
¿De dónde viene el aceite de colza?
Brassica napus (wikipedia. es) |
Entonces, si es un buen aceite, ¿qué sucedió en España?
Los responsables fueron la
empresa aceitera RAPSA de San Sebastián, que importó desde
Francia en aquella época grandes cantidades de aceite de
colza desnaturalizado para usos industriales. La
importación de aceite de colza para consumo humano estaba prohibida con
el objeto de proteger la industria aceitera nacional. Desde finales de
1980 se demostró la venta de aceite de colza desnaturalizado
por por parte de esta empresa a algunas refinerías con
el objeto de eliminar anilinas y destinarlo a la venta para consumo
humano. De hecho alguna de las refinerías, además, mezcló el aceite de colza desnaturalizado y
refinado con otros aceites vegetales y animales, y en ocasiones con
betacaroteno y clorofila con el objeto de asemejar el producto a los
aceites de oliva de más alto precio. Consecuentemente
se condenó a los aceiteros responsables de la manipulación del aceite
de colza desnaturalizado y de su desvío al consumo humano
como autores de un delito contra la salud pública, delito de imprudencia
temeraria y profesional y delito de estafa, entre otros.
Actualmente
todavía se desconoce el agente etiológico concreto que dio lugar al síndrome del aceite tóxico (SAT). No obstante, todas las personas afectadas estuvieron expuestas al
aceite de colza adulterado inmediatamente antes de contraer la
enfermedad, lo que conduce a pensar que fueron algunas sustancias en él
lo que habría producido el cuadro.
Los primeros dos estudios realizados sobre este aceite
permitieron establecer una relación entre la presencia de anilidas de
ácidos grasos, sobre todo anilidas del ácido oleico u oleanilidas (OAA),
y el mayor riesgo de sufrir SAT. En estudios posteriores, se
identificó una familia de compuestos: los ésteres dioleílicos de
3-(N-fenilamino)-1,2-propanodiol (PAP), y en concreto un miembro de esta
familia el 1,2-dioleiléster del PAP (OOPAP),
como más estrechamente relacionado con la aparición de SAT. Se
considera un marcador más importante que las OAA, ya que el riesgo
relativo aproximado referido a la exposición del OOPAP es mayor que el
de las OAA.
La
toxicidad de los ésteres de PAP se debería a su similitud estructural
con la estructura de los fosfoglicéridos, que son los
principales componentes de las membranas celulares. Sin embargo, todavía no se conoce si el OOPAP fue el causante principal o fue otro éster o una combinación de varios agentes. Debido a que no se ha encontrado exactamente la molécula responsable del SAT, hay quien ha alegado que no fue el aceite de colza adulterado la causa, sino que se trata de una cortina de humo para tapar el verdadero problema. No digo que será cierto, pero eso mejor se lo dejo a Cuarto Milenio...
Fuentes:
- Tabuenca, JM. Toxic-allergic syndrome caused by ingestion of rapeseed oil denatured with aniline. Lancet, 2 (1981), pp. 567-568.
- Rodríguez Carnero, P et al. El síndrome del aceite tóxico: 30 años después. Rev Esp Med Legal 2011; 37:155-61.
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