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14 dic 2014

¿Cómo se hace un trasplante capilar?

Uno de los negocios que más demanda tiene la cirugía plástica en la actualidad es la negación de la alopecia por parte de muchos hombres. La cirugía capilar se ha transformado en los últimos años, dando resultados estéticos muy aceptables que hacen que muchos hombres, y también algunas mujeres, se planteen pasar por quirófano.

La primera técnica de trasplante capilar se desarrolló en 1939 con injertos de piel total de 2-4 mm con sus folículos pilosos correspondientes que se insertaban en la zona a repoblar. Se quitaban zonas con folículos de la nuca y se reimplantaban en áreas calvas. Pero se utilizaban injertos demasiado grandes (20 a 30 cabellos), lo que hacía que la distancia entre los mismos fuera muy amplia y los mechones quedaran muy separados, dando el típico aspecto de "pelo de muñeca".  


Fuente: http://microtransplanteinjertodepelo.com


Fuente: http://www.recuperarelpelo.com



A día de hoy, este problema ya no debería presentarse pues la técnica explicada anteriormente se encuentra totalmente desfasada. 

A partir de los 80, apareció una nueva técnica con resultados bastante más aceptables. La técnica de la tira implica extraer una tira de piel (también de la nuca) de hasta 20 cm de largo por 2 cm de ancho de la que se retiran los folículos uno a uno con microscopio para injertarlos posteriormente en la zona calva. La piel de la nuca se desecha y se cose la zona de la nuca. Si bien es cierto que queda una cicatriz en la nuca, esta queda tapada cuando el pelo vuelve a crecer, por lo que es aconsejable que el paciente no lleve el pelo excesivamente corto. Como comprenderéis eso significa que la zona de la nuca tiene una implantación más alta porque hemos quitado unos 2 centímetros de piel, de modo que no se debería repetir esta operación más de dos veces para que el resultado no sea muy antinatural. 
 
cnica de la tira. Fuente:
www.franceestetica.com

La última técnica descrita es la que da el resultados más natural: La extracción de unidades foliculares (FUE en inglés).
En un trasplante de unidades foliculares no puede distinguirse el cabello original del cabello trasplantado. Consiste en extraer las unidades foliculares con bisturí de una en una sin extraer previamente la tira de pelo. Para crear estos injertos tan pequeños se utilizan microscopios que permiten aislar y cortar las unidades foliculares del área donante. Este trabajo lo suelen realizar los técnicos que acompañan al cirujano durante la intervención. Cada unidad folicular incluye entre 1 y 4 pelos que se insertan directamente sin suturar y casi sin cicatriz de la zona donante. El sitio de implantación se crea insertando una aguja hipodérmica en la zona calva, el agujero que deja la aguja es donde se insertará la unidad. Es importante colocar las agujas en un ángulo que siga la dirección natural del pelo para que dé una sensación realista.

La intervención puede durar hasta 12 horas (pues se trata de un verdadero trabajo de chinos) para poder repoblar 3000 cabellos, aunque según la calvicie lo ideal es realizar el trabajo en varias sesiones. 

Unidades foliculares. Fuente: www.capilae.es


Con esta última técnica no hay peligro de que la zona donante quede sospechosamente despoblada, ya que se podría extraer hasta el 50% del pelo sin que se note apenas. De todos modos, también puede extraerse el pelo de la barba o del pubis, aunque el tipo de pelo es diferente y podrían haber resultados estéticos subóptimos.

Con el trasplante capilar, ¿el pelo se vuelve a caer?
Actualmente sabemos que el pelo trasplantado conserva las características de la zona de donde procede. Así que si implantamos pelo de una zona de donde no ha caído a una zona alopécica, el trasplante no va a verse afectado.

Pues nada, si alguien se anima, estuve cotilleando precios en algunas clínicas españolas con cierto prestigio... entre 5000 y 7000 euros... ahí lo dejo.

10 nov 2014

¿Cómo deforma la nariz la cocaína?

Por todos es conocido que uno de los estigmas más claros de la adicción a la cocaína es la deformación gradual de la forma de la nariz. Hoy veremos cómo y por qué se produce este fenómeno. 

La cocaína es una sustancia que, entre otras características, tiene efectos vasoconstrictores (disminuye el flujo de los vasos sanguíneos), por lo que al ser esnifada reduce la cantidad de aporte sanguíneo de la mucosa nasal. De este modo, el consumo prolongado primero produce úlceras, ya que las células van muriendo por déficit nutricional, y van dejando a la intemperie el cartílago del tabique nasal. El cartílago no tiene vasos sanguíneos propios, sino que debe ser nutrido por la mucosa que lo recubre. Así que inevitablemente, el cartílago también se perfora por necrosis. 

Por si esto no fuera suficiente, también tenemos que tener en cuenta que, tras este efecto vasoconstrictor de la cocaína, el cuerpo produce un efecto rebote con una gran vasodilatación de la zona para compensar la isquemia. La vasodilatación da lugar a rinitis (con sensación de que la nariz nos moquea) y algunos consumidores palían este molesto efecto con gotas intranasales, que casualmente también son vasoconstrictoras (aumentamos el efecto, ya producido por la cocaína).

Una pequeña lesión en el tabique puede ser totalmente inperceptible, como mucho puede provocar que la persona note una especie de silbido cuando inspira aire (porque al haber una perforación que comunica ambas fosas nasales se crea una turbulencia de aire). Cuanto meyor sea la perforación, mayor y más molesta se puede volver esta turbulencia. Además los bordes de la perforación son muy frágiles y sangran fácilmente; por no hablar de la aparición de costras recurrentes, dolor o infecciones recurrentes de la zona...

El tabique nasal es el pilar del dorso nariz, de manera que el afectado pierde gradualmente ese apoyo y la nariz se hunde ("nariz de boxeador"). También la punta de la nariz cae por falta se sustento.

Fuente: http://www.perforatedseptum.com/perforated-septum-treatment/

El consumo necesario para que esta lesión aparezca no se encuentra bien estimado, podría ser entre unos pocos meses y varios años; depende del cuerpo de cada uno, la frecuencia del consumo, los adulterantes de la droga y el uso de sprays nasales.

En estos casos el único remedio es una intervención, siempre con la idea de que el paciente haya dejado la droga. Las pequeñas perforaciones (menores de 2 cm) se cierran sin problemas, pero pasados los 2 cm la intervención se complica, ya que debe realizarse en varias etapas y no siempre se consigue un cierre total del defecto.


Fuentes:
- Vallés Varela, H. Lecciones de Otorrinolaringología. Universidad de Zaragoza. 2012.

4 oct 2013

En un panal de rica miel...

Estaba el otro día de guardia, cuando vi cómo realizan las enfermeras una cura de una tumorectomía mamaria a una paciente. Y cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que, en lugar de echar un chorro de Betadine, ¡¡usaban miel!! Y buscando un poco, he descubierto que la miel, la melaza y el azúcar granulado han sido utilizados para la cura de heridas y de quemaduras desde hace siglos. 

Los efectos antimicrobianos del azúcar han sido ampliamente estudiados, motivo por el que se ha rescatado su uso en la práctica clínica tras estar abandonado durante décadas. En realidad, si lo pensamos detenidamente su uso no es algo tan excéntrico, puesto que estamos muy familiarizados con el principio antibacteriano del azúcar, al menos en la conservación de alimentos, como las mermeladas.

Aplicada directamente sobre una herida, la miel crea un ambiente ácido no apropiado para las bacterias. La glucosa oxidasa es una enzima que poseen las abejan y pasan a la miel que tiene la capacidad de liberar peróxido de hidrógeno (agua oxigenada para quien no lo recuerde) a niveles suficientes para ser antiséptica, pero fácilmente neutralizable en los tejidos, gracias a la catalasa de nuestras células. También se ha identificado en la miel un nuevo péptido, llamado defensina-1, con propiedades antimicrobianas. Además, la glucosa tiene un gran poder osmótico, es decir, retiene mucha agua, de modo que supone una concentración tan elevada que produce la ruptura de la pared bacteria. Por otro lado, el peróxido de hidrógeno que aporta la miel tiene un efecto estimulante sobre los fibroblastos encargados de recomponer el tejido dañado. 

En fin, parece que nos encontramos ante un remedio que es a la par bactericida y cicatrizante. Así que, a diferencia de la mayoría de hoax que recomiendan echarse todo tipo sustancias sobre las heridas (como el famoso caso de la clara de huevo), esta vez sí tiene fundamento científico.


Fuentes:
  • Mphande, A.N.G. et al.  Effects of honey and sugar dressings on wound healing. Journal of Wound Care. 2007 16: 317-319.
  • Medhi, B. et al. Topical Application of Honey in the Treatment of Wound Healing. A Meta-Analysis. J.K. Science. 2008. 10:166‑9.

16 may 2013

Mastectomías por prevención

No es que me guste especialmente convertir el blog en un plató de Sálvame, pero dado que Angelina Jolie ha anunciado que se sometió a mastectomía bilateral para reducir sus posibilidades de cáncer de mama y todo el mundo se ha lanzado a comentar lo que le parece esta decisión, independientemente de si tiene formación médica o no, creo conveniente hacer mi pequeño aporte desde aquí (qué menos, teniendo en cuenta que una servidora volvió de Madrid con una plaza de residencia en Obstetricia y Ginecología debajo del brazo).

La señora Jolie ha explicado que heredó una mutación genética por parte de su madre que la condiciona a un gran riesgo de sufrir cáncer de mama y de ovarios. Todos los tumores se desarrollan a partir de mutaciones genéticas, pero la mayoría son mutaciones que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida y que cada una de ellas por si solas aumentan muy levemente el riesgo de padecer cáncer. Esto cambia con algunas mutaciones hereditarias, que a diferencia de las adquiridas, son mucho más agresivas y aumentan el riesgo de sufrir cáncer de una manera importante. En el caso que ayer saltaba a la prensa, estamos hablando de una mutación en el gen BRCA1. Una mujer tiene de media un 12% de riesgo de cáncer de mama, pero con ese gen mutado las posibilidades se disparan hasta casi un 90%. Por no hablar del cáncer de ovario, que pasa de 1'5% a un 50%. Con unas cifras tan elevadas, son muchas las mujeres que deciden anticiparse a la llegada del cáncer y optan por una mastectomía y/o una ooforectomía (extirpación de ovarios) profilácticas.

La mastectomía puede llevarse a cabo de dos maneras, pero se escoja el que se escoja la reconstrucción del pecho es posible:
  • La simple o total: Extirpa toda el tejido mamario, incluidos pezón y areola. Pero se conservan intactos los músculos y los ganglios axilares.
  • La subcutánea: Se extirpa el tejido mamario, pero se salva el pezón. Al ser una cirugía más conservadora, la reducción del riesgo de cáncer no es tan grande como con la total, por lo que muchos médicos recomiendan la primera opción, aunque es la paciente quien debe decidir qué procedimiento le es más beneficioso.

¿Puede esta noticia disparar el número de mastectomías profilácticas?

Uno de los aspectos más criticados del anuncio fue que podría inducir a un aumento de mastectomías, especialmente en mujeres en las que no estaría indicado. Para mí, es muy difícil hacer una lectura de lo que puede suceder en la población estadounidense, ya que se trata de una sociedad muy diferente tanto a nivel cultural como a nivel sanitario. Pero creo que para la sociedad española, basada en un sistema sanitario público (que ya veremos lo que dura) donde la indicación de un tratamiento se ciñe más a los protocolos médicos que no en si el paciente puede costearse la terapia, puede ser beneficioso para aquellas mujeres con un riesgo de cáncer tan alto como el de la actriz.

En nuestro país, esta cirugía se puede contemplar en casos de pacientes que ya han tenido cáncer en uno de los senos o en caso de una mutación genética en BRCA 1 y 2 (que solo representan un 5% de los casos de cáncer de mama).  De todos modos, en estos casos también hay otras alternativas, como un seguimiento más estrecho para detectar el cáncer en un estadio más precoz, mediante controles anuales, donde se alterna un año mamografía y al siguiente resonancia magnética (para no añadir más riesgo por radiación). Recordemos que aquellas mujeres sin factores de riesgo deberían realizarse una mamografía cada dos años.

Hasta ahora, ante estas dos alternativas las mujeres de EEUU optaban por la cirugía en el 50%, mientras que en las españolas esta cifra no alcanza el 10%. No sería de extrañar que estas cifras aumentaran después de la noticia de Angelina Jolie, pero tampoco sería nada malo, puesto que no reflejaría nada más ni nada menos que muchas mujeres han dejado atrás el tabú de que perder los pechos equivale a perder parte de su feminidad y que se puede seguir adelante tras una mastectomía y hablar de ello.

En otras circunstancias que no sean las anteriormente descritas, se desaconseja rotundamente la cirugía, ya que se trata de una cirugía mayor, con todas las molestias y complicaciones que eso conlleva, y los riesgos son mayores que los posibles beneficios. Además los programas de detección precoz y los tratamientos actuales han aumentado la supervivencia en más de un 75% en global, y hasta un 93% en los estadios más iniciales en particular.

Respecto a la demanda de tests genéticos para detectar mutaciones en BRCA 1 y 2, estos tests solo se realizan gratuitamente en las Unidades de Consejo Genético cuando nos encontramos ante casos en los que hay varios antecedentes familiares o cuando hay una sospecha razonable: si entre los familiares directos hay tres o más casos de cáncer de ovario y/o mama, si hay un caso de cáncer antes de los 30 años o si el análisis de un tumor extirpado da algún dato sospechoso. Realizarlo en otras condiciones, o por si acaso, carece de sentido y puede dar lugar errores de interpretación (como la sensación de falsa seguridad en caso de que salga un resultado negativo).

8 ago 2012

Medicinas que vuelven: las sanguijuelas

Las sanguijuelas iniciaron su papel en la medicina de la mano de los egipcios hace unos 2500 años y se vieron encumbradas como uno de los tratamientos básicos para cualquier enfermedad cuando Hipócrates popularizó la teoría de los cuatro humores del cuerpo, según la cual el desequilibrio de la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla era indispensable para mantener el cuerpo sano, ya que estos animales eran la manera más cómoda de realizar una sangría. Sus aplicaciones crecían de manera imparable: jaquecas, gota, fiebre, obesidad, depresión, mal de ojo, ... Y esta práctica se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX, cuando su éxito hizo que se usaran unos tres o cuatro millones de sanguijuelas solamente en los hospitales de Francia; su explotación masiva hizo que las poblaciones de sanguijuelas se redujeran drásticamente y ello unido a los grandes avances médicos del siglo XX hicieron que esta práctica cayera en el olvido. 

Pero, como ya sabemos las modas son cíclicas, y en medicina no íbamos a ser menos. Y es que en 2004 la FDA (Food and Drug Administration) aprobó el uso de sanguijuelas para fines terapéuticos, concretamente las de la firma francesa Ricarimpex. 

Y con la de avances que tenemos, ¿qué aportan estos animalitos ahora a la medicina?

Básicamente, su uso se centra hoy en día en la cirugía plástica y reconstructiva, sobre todo en la reconstrucción de apéndices amputados (dedos, piernas, e incluso pezones) o la colocación de injertos.

Durante la cirugía reconstructiva es relativamente sencillo para un cirujano suturar las arterias, puesto que tienen una pared lo suficientemente gruesa y fuerte como para aguantar bien los puntos, pero no sucede lo mismo con las finas paredes de las venas, que apenas tienen tejido muscular, y puede ser difícil conseguir que no queden colapsadas. Si la circulación venosa está comprometida, la sangre no retorna con facilidad desde el miembro operado, se pueden formar coágulos y hay un riesgo importante de que esa reconstrucción no tenga éxito. 

Para entender correctamente cómo funciona, vamos a analizar detalladamente el mordisco de estos simpáticos animalitos. La Hirudo medicinalis o sanguijuela medicinal europea ha sido la especie más utilizada a lo largo de la historia, y esta fama se la debe principalmente a su boca y a las sustancias farmacológicas que alberga su saliva. Con tres mandíbulas y cien afilados dientes en cada una de ellas; la sanguijuela primero aplica la ventosa que rodea su boca a la piel de la víctima para morderla después. El mordisco apenas se nota porque su saliva contiene un potente anestésico (una buena estrategia para evitar que la presa se dé cuenta y se la desprenda), mientras que la ventosa dilata los vasos sanguíneos de la zona con el fin de poder extraer más sangre. Además, la saliva también contiene hirudina, un polipéptido que inhibe la acción de la trombina (una de las proteínas encargadas de la coagulación sanguínea), de modo que la sanguijuela puede asegurar que mientras esté succionando sangre no se va a formar un coágulo que impida que se nutra adecuadamente. Y toda esta operación se realiza en unos 30 minutos, extrayendo unos 10 mL de sangre por mordisco, aunque la herida puede seguir sangrando durante unas 10 horas a causa de la hirudina. 

Volviendo a la cirugía plástica, las sanguijuelas pueden ser de gran ayuda cuando el drenaje venoso falla, ya que con su mordisco reducen la congestión del injerto y la presión de la ventosa puede ayudar a vasodilatar esas venas colapsadas, dando tiempo (unos 4 o 5 días) para que el drenaje venoso del paciente mejore y pueda actuar por su cuenta, además de dar una buena anticoagulación a la zona e impedir la formación local de coágulos. Ambas cosas permiten conservar la irrigación de la zona durante esos primeros días no fracase. De todos modos, si en este tiempo la circulación venosa no se restablece, la viabilidad del injerto será poco probable.

¿Y los efectos secundarios?

Principalmente tenemos el riesgo de que los mordiscos se infecten (como cualquier otra herida), anemia (parámetro que los médicos deben ir controlando) y transmisión de infecciones por vía hematológica, por lo que las sanguijuelas deben ser utilizadas como producto de un solo uso.

Frikidato:

  • La bivalirudina, la lepirudina y el resto de anticoagulantes inhibidores de la trombina que utilizamos en la práctica médica habitual están inspirados en la hirudina de las sanguijuelas.