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30 oct 2014

¿Qué sucede con las donaciones de sangre?

¿Habéis pensado alguna vez que hacen con esa sangre que nos extraen cuando donamos? Bueno sí, se la ponen a alguien compatible que la necesite... eso lo sabemos todos. Pero, ¿y el camino que recorre y cómo y cuánto tiempo se conserva?

Para empezar se recogen 450 ml. Esta es la máxima cantidad segura que se puede extraer a una persona que pese más de 50 kg. La bolsa que recoge la sangre esta impregnada de EDTA, que es una sustancia anticoagulante. Durante la extracción, la bolsa permanece en una balanza cuya misión es agitar la sangre para mezclarla con el líquido anticoagulante y controlar el volumen de la extracción.

Cuando la sangre donada va a almacenarse íntegramente, se preserva a una temperatura de entre 2 ºC y 6 º C durante aproximadamente un mes. Pero generalmente es más útil separar los distintos componentes sanguíneos para usarlos según las necesidades del paciente que reciba la transfusión.

Los glóbulos rojos se extraen mediante un proceso de centrifugación llamado eritroféresis. Generalmente se congelan a 2-6ºC y se pueden usar hasta 35-42 días.

Mediante la plasmaféresis se separa el plasma, que dura hasta un año a una temperatura constante de -20 ºC. Su uso más frecuente es en trastornos de la coagulación o en hemorragias graves (ya que la pérdida hemática severa puede acabar derivando en un fallo de la coagulación). Una parte de este plasma se lleva a industrias farmacéuticas para extraer productos como la albúmina, determinados factores de la coagulación o concentrados de inmunoglobulinas.

Por último, la citoféresis provee obtener plaquetas, vitales para enfermedades hematológicas y oncológicas. Las plaquetas son muy frágiles, ya que su fecha de caducidad expira pasados cinco días de la donación y se mantienen a 22 ºC.

Alguno se preguntará qué pasa con los glóbulos blancos (o leucocitos). Pues bien, son eliminados en un primer momento, antes de separar el resto de componentes útiles, ya que los leucocitos podrían atacar las células del organismo del receptor. En pacientes muy delicados, como los recién nacidos, las transfusiones son irradiadas para eliminar todos los leucocitos que puedan haber pasado el primer filtro.

Frikidatos
- Una vez hemos donado sangre, el plasma se recupera en 24 horas, mientras que los hematíes tardan entre 3-5 semanas y las reservas de hierro tardan 8 semanas.

- También existen bancos de sangre para animales. El primero en España se creó hace más de 10 años. Y es que los animales también tienen un sistema de compatibilidad sanguíneo propio.

10 jul 2013

¿Y si guardo la sangre del cordón umbilical de mi hijo en un banco privado?

Todos recordamos el sainete montado por los Príncipes con el cordón umbilical de sus retoños y como, desde entoces, han proliferado las clínicas privadas que permiten guardar para uso personal las células madre del cordón. Estas empresas ofrecen congelar la sangre durante 20 años por unos 2000-3000 euros. ¿De verdad merece la pena realizar semejante inversión?

En 2005, los bancos privados estaban prohibidos en España (por lo que era necesario recurrir a bancos extranjeros, como lo hicieron los príncipes en un banco de EEUU) y solo se disponía de seis bancos públicos habilitados en todo el país. Poco tiempo después se permitió el establecimiento de estos bancos privados pero con la condición de que cedan los cordones que almacenan si son compatibles con alguien que lo necesite como último recurso. En este caso, el banco está obligado a devolver el dinero a los clientes. Pero la mayoría de empresas o bien operan desde el extranjero o bien almacenan la sangre en otro país para no tener que cumplir esta ley.

En primer lugar, no todos los cordones extraídos son viables para su utilización posterior, ya que hasta un 20% no presenta un número de células mínimo para realizar un trasplante y a eso hay que añadir otro porcentaje parecido que se puede contaminar en el proceso o deteriorar en su traslado. De modo que hasta un 40% de las unidades de sangre de cordón donadas no son finalmente utilizables. En principio, el banco debería comunicar este hecho a los clientes para evitar estafas.

Pero es que si estudiamos cuáles son las causas más frecuentes de trasplante de células hematopoyéticas en la infancia nos encontramos en primer lugar las leucemias agudas y después las enfermedades hereditarias (como las talasemias o la mayoría de inmunodeficiencias infantiles). Estos dos grupos de enfermedades forman más del 90% de los casos en niños. En ambos casos, el uso de las propias células madres del paciente es poco útil. En las enfermedades hereditarias los genes mutados ya se encuentran en el momento del nacimiento y trasplantarlas al afectado no cambiaría su situación, como es fácil de entender. En las leucemias se prefiere utilizar un trasplante alogénico (de otra persona) a uno autólogo (de la propia persona) por dos motivos; primero porque estaríamos trasplantando a alguien con unas células que ya han dado señales de tener una predisposición a volverse malignas, y en segundo lugar, el trasplante alogénico da mejores resultados de remisión de la leucemia puesto que al trasplantar el sistema inmune compatible pero de una tercera persona, las células inmunitarias atacan a la leucemia (porque las reconocen como células extrañas) dando mayores tasas de curación.

¿En qué casos estaría bien conservar la propia sangre del cordón?

En caso de enfermedad sanguínea de un familiar (comúnmente un hermano mayor) o cuando la familia tiene una peculiaridad genética que haga difícil encontrar donante en caso de necesitar un trasplante (como sucede en algunas etnias). De todos modos, en estas circunstancias un tanto especiales, los bancos públicos pueden ofrecer lo que se conoce como "donación dirigida", es decir, que esa sangre sí se guarda para el uso personal.

En los linfomas, también se pueden utilizar donaciones autólogas. Pero cabe destacar que la mayoría de linfomas aparecen a partir de los 20 años, y los bancos no suelen guardar esa sangre más de 20 o 25 años, a no ser que los padres así lo expresen y paguen el doble de dinero. Y es necesario recordar que ignoramos el tiempo máximo que pueden ser congeladas estas células siendo efectivas para un trasplante.

Los bancos públicos de España disponen de más de 60.000 unidades de sangre de cordón, además de una lista de potenciales donantes de médula ósea, cifra más que suficiente para cubrir la demanda actual de este material, y estas muestras son renovadas constantemente, en ningún caso se guardan durante años, como en los bancos privados.

Fuentes:

  • Organización Nacional de Trasplantes: www.ont.es
 

14 feb 2013

El origen de los grupos sanguíneos ABO

Quien más o quien menos ha estudiado en el colegio que los humanos podemos ser A, B, AB o O, así como tener el antígeno Rh o no, y cómo funcionan las compatibilidades sanguíneas. Algo que nos ha intrigado durante décadas es cómo han evolucionado estos grupos en las diferentes poblaciones hasta formar la actual  distribución de sangre a nivel mundial.

El sistema ABO es un rasgo que compartimos humanos y otros simios como herencia de algún antecesor común desde hace como mínimo 20 millones de años. El grupo sanguíneo se refiere al tipo de molécula que se halla en la superficie de los glóbulos rojos, aunque también se encuentra en otros tipos de célula, como las plaquetas o el endotelio (células que forman la pared de los vasos sanguíneos) y que funciona a modo de antígeno, es decir, una molécula que tiene la capacidad de activar el sistema inmunológico, motivo por el cual una transfusión incompatible puede generar una respuesta inmune agresiva y dañar seriamente al receptor de la donación.

Estos antígenos son hidratos de carbono, algo bastante peculiar en el mundo de la inmunología, ya que la mayoría de las partículas contra las que creamos anticuerpos son proteínas. Los antígenos A, B y O están constituidos por la sustancia H en todos los casos (tener el grupo O no significa no tener antígeno), que se completa con un monosacárido extra en A y B, N-Acetilgalactosamina (grupo A) o D- Galactosa (grupo B).   

Fuente: www.bloodtypeoliving.com


¿Qué grupo sanguíneo apareció antes? 

Parece lógico pensar que si el grupo O es el más frecuente en la población mundial y además es el que presenta el antígeno más simple, debería ser el más antiguo, pero no es así. Los estudios coalescentes, que intentan trazar el origen y evolución de los genes, parecen apuntar a que el grupo A fue el inicial y que pequeñas mutaciones de este dieron lugar a los antígenos B y O. Se estima que, mientras el grupo A podría haber aparecido hace unos 20 millones de años, no tenemos evidencias del grupo B hasta hace unos 3'5 millones de años y del grupo O hasta hace 1 millón de años. Lo que hice que se pasara de un grupo a otro fue una sola mutación puntual en una base del gen en el caso de los grupos A y O, y cuatro mutaciones entre A y B.

  • El grupo A representa a día de hoy el 21% de la población mundial, siendo algo más frecuente en la población europea (30-35%) y llegando al 60% entre los escandinavos y los aborígenes australianos.
  • El grupo B pertenece al 16% de la población mundial, muy especialmente a la población asiática  siendo poco frecuente en Europa y bastante raro en toda América y Oceanía.
  • El grupo O es compartido por el 63% de toda la población, con niveles próximos al 100% de los indígenas de Centro y Sudamérica. 

¿Y el grupo AB? Pues este grupo, que se encuentra en menos del 5% de la población, surgió de la unión de caucásicos que aportaron el alelo A y asiáticos con el grupo B, muy probablemente durante la invasión de los hunos y, más tarde, con el imperio mongol.

¿Por qué tenemos anticuerpos anti-A o anti-B en la sangre?

Como es bien conocido, las personas Rh- desarrollan anticuerpos solamente si entran en contacto con sangre Rh+, pero en cambio todo el mundo tiene anticuerpos contra los grupos sanguíneos que no son los suyos, excepto los AB que no tienen, sin necesidad de haber entrado en contacto con sangre de otro grupo. La razón es que en el intestino hay bacterias, como E. coli, que presentan en su superficie antígenos muy similares a los del sistema ABO, que implican el desarrollo de anticuerpos que reaccionan tanto contra las bacterias como los eritrocitos. Estos anticuerpos se empiezan a crear a partir del sexto mes de vida. Por otro lado nuestro sistema inmunológico está preparado para no reaccionar contra moléculas del propio organismo, por lo que si somos del grupo A no crearemos anticuerpos anti-A. Este razonamiento también explica por qué no suelen existir los anticuerpos anti-O, ya que serían anticuerpos que atacarían a la sustancia H (que es común a todos los grupos). 

El Fenotipo Bombay y otros sistemas de clasificación de la sangre

El fenotipo Bombay es el nombre que recibe un tipo de sangre poco frecuente caracterizado por no presentar ninguno de los antígenos de membrana A, B o O en los eritrocitos, ni siquiera tienen la sustancia H, por lo que son las únicas personas que crean anticuerpos anti-H (o anti-O si lo preferís), anti-A y anti-B. Estas personas no pueden recibir sangre del grupo O, las consecuencias serían las mismas que si a alguien del grupo A le pusieran sangre B, por ejemplo; solamente pueden recibir sangre de otros con el fenotipo Bombay.

Nos hemos centrado hoy en el sistema ABO y también el Rh es muy conocido, pero existen al menos otras 28 clasificaciones de tipos sanguíneas, como la Kell, la MNS, la P o la Duffy, aunque no son tan importantes en la práctica. Estas diferencias que no solemos estudiar en la práctica médica cotidiana a veces nos juegan malas pasadas en las transfusiones, motivo por el que pueden haber reacciones adversas a pesar de que coincidan ABO y Rh, pero la posibilidad de estudiarlas todas para encontrar al donante más idóneo es muy poco viable.


Frikidato

¿Se dice grupo O o grupo cero?

La denominación del grupo "O" y "cero" es confusa y ambas están muy extendidas. La O podría ser la inicial de Ohne ("sin" en alemán, ya que Landsteiner era austriaco). Sin embargo, en alemán se dice Null  (cero) Blutgruppe, y casi nunca O Blutgruppe. En inglés, O se lee ou y a veces el cero también se lee igual. Sistema ABO y O blood-group es de uso mayoritario en inglés, así como en los países hispanohablantes, dado que similitud de "cero positivo" y "seropositivo".