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4 ago 2013

Asuntos íntimos de los fetos

La pregunta de hoy es una de esas que se hacen en el bar después de tres o cuatro copas. ¿Los fetos se mean o cagan dentro del útero materno? Así de directa y natural...

La orina

Los fetos comienzan a producir orina a finales del primer trimestre del embarazo. Hasta ese momento, el líquido amniótico que rodea y protege al feto está integrado básicamente por plasma materno y fetal que pasa al saco amniótico por gradiente osmótico. Más tarde, cuando la piel del feto se recubre de queratina (hacia el tercer mes) la mayor contribución al líquido amniótico va a pasar a ser la orina fetal, así como células de descamación cutánea. De manera que cuando los riñones fetales se encuentran en pleno funcionamiento pueden llegar a excretar medio litro diario de orina. Parte de la orina producida posteriormente es ingerida por el feto, que adquiere esta capacidad a las 16-17 semanas de gestación. El líquido amniótico contiene sustancias nutritivas, como glucosa o aminoácidos, aunque debemos recordar que la mayoría de nutrientes los va a adquirir a través del cordón umbilical.

La orina fetal no se parece mucho a la que producimos el resto de nuestra vida; contiene urea, pero la mayoría de productos nitrogenados son devueltos a la circulación materna por medio del cordón umbilical para que sean filtrados por los riñones de la madre. Además el líquido amniótico es bastante transparente, ya que los fetos no tienen las enzimas encargadas de transformar los pigmentos de la bilis en urobilina, que es la sustancia que da el color amarillento a la orina.

Las heces

Lógicamente si el feto es capaz de deglutir es porque sus intestinos funcionan y producen heces a partir del líquido amniótico consumido, la bilis y otras secreciones. Pero el meconio, pues así es como se llaman las primeras heces del recién nacido, queda almacenado en los intestinos hasta que el feto nace. 

El mecanismo que evita que el feto defeque hasta que ha salido del útero es muy interesante. Mientras el feto está dentro del útero conserva unos pH sanguíneos suficientemente básicos como para mantener los intestinos relajados y el esfínter anal contraído, de modo que las heces son retenidas sin problemas. El parto es un momento estresante en la vida de un recién nacido y debido a las contracciones la sangre no llega tan bien desde la placenta, por lo que el feto no se oxigena tan correctamente y el pH baja. Esta bajada de pH permite los movimientos intestinales y la relajación del esfínter, por lo que sobre todo en partos prolongados el feto puede nacer defecando.

Otro motivo que puede hacer descender el pH sanguíneo es el sufrimiento fetal, ya sea durante el embarazo o durante el parto. En este caso, la defecación se produce en el útero y tiñe el líquido amniótico. Esto no es peligroso para la madre, porque el meconio son heces estériles y que apenas huelen, puesto que el feto se encuentra en el útero, que es una cavidad aséptica, y las bacterias intestinales no se adquieren hasta que el recién nacido inicia la lactancia. Pero el feto puede tragarlas, causando una obstrucción de la vía aérea que le repercuta sobre todo en las primeras horas postparto.

En conclusión, los fetos sí orinan en el útero materno, y es bueno que lo hagan para mantener el medio que los protege, y también pueden cagarse, pero esto ya no nos hace tanta gracia...

10 jul 2013

¿Y si guardo la sangre del cordón umbilical de mi hijo en un banco privado?

Todos recordamos el sainete montado por los Príncipes con el cordón umbilical de sus retoños y como, desde entoces, han proliferado las clínicas privadas que permiten guardar para uso personal las células madre del cordón. Estas empresas ofrecen congelar la sangre durante 20 años por unos 2000-3000 euros. ¿De verdad merece la pena realizar semejante inversión?

En 2005, los bancos privados estaban prohibidos en España (por lo que era necesario recurrir a bancos extranjeros, como lo hicieron los príncipes en un banco de EEUU) y solo se disponía de seis bancos públicos habilitados en todo el país. Poco tiempo después se permitió el establecimiento de estos bancos privados pero con la condición de que cedan los cordones que almacenan si son compatibles con alguien que lo necesite como último recurso. En este caso, el banco está obligado a devolver el dinero a los clientes. Pero la mayoría de empresas o bien operan desde el extranjero o bien almacenan la sangre en otro país para no tener que cumplir esta ley.

En primer lugar, no todos los cordones extraídos son viables para su utilización posterior, ya que hasta un 20% no presenta un número de células mínimo para realizar un trasplante y a eso hay que añadir otro porcentaje parecido que se puede contaminar en el proceso o deteriorar en su traslado. De modo que hasta un 40% de las unidades de sangre de cordón donadas no son finalmente utilizables. En principio, el banco debería comunicar este hecho a los clientes para evitar estafas.

Pero es que si estudiamos cuáles son las causas más frecuentes de trasplante de células hematopoyéticas en la infancia nos encontramos en primer lugar las leucemias agudas y después las enfermedades hereditarias (como las talasemias o la mayoría de inmunodeficiencias infantiles). Estos dos grupos de enfermedades forman más del 90% de los casos en niños. En ambos casos, el uso de las propias células madres del paciente es poco útil. En las enfermedades hereditarias los genes mutados ya se encuentran en el momento del nacimiento y trasplantarlas al afectado no cambiaría su situación, como es fácil de entender. En las leucemias se prefiere utilizar un trasplante alogénico (de otra persona) a uno autólogo (de la propia persona) por dos motivos; primero porque estaríamos trasplantando a alguien con unas células que ya han dado señales de tener una predisposición a volverse malignas, y en segundo lugar, el trasplante alogénico da mejores resultados de remisión de la leucemia puesto que al trasplantar el sistema inmune compatible pero de una tercera persona, las células inmunitarias atacan a la leucemia (porque las reconocen como células extrañas) dando mayores tasas de curación.

¿En qué casos estaría bien conservar la propia sangre del cordón?

En caso de enfermedad sanguínea de un familiar (comúnmente un hermano mayor) o cuando la familia tiene una peculiaridad genética que haga difícil encontrar donante en caso de necesitar un trasplante (como sucede en algunas etnias). De todos modos, en estas circunstancias un tanto especiales, los bancos públicos pueden ofrecer lo que se conoce como "donación dirigida", es decir, que esa sangre sí se guarda para el uso personal.

En los linfomas, también se pueden utilizar donaciones autólogas. Pero cabe destacar que la mayoría de linfomas aparecen a partir de los 20 años, y los bancos no suelen guardar esa sangre más de 20 o 25 años, a no ser que los padres así lo expresen y paguen el doble de dinero. Y es necesario recordar que ignoramos el tiempo máximo que pueden ser congeladas estas células siendo efectivas para un trasplante.

Los bancos públicos de España disponen de más de 60.000 unidades de sangre de cordón, además de una lista de potenciales donantes de médula ósea, cifra más que suficiente para cubrir la demanda actual de este material, y estas muestras son renovadas constantemente, en ningún caso se guardan durante años, como en los bancos privados.

Fuentes:

  • Organización Nacional de Trasplantes: www.ont.es
 

11 abr 2013

Sexo durante el embarazo, ¿puede inducir el parto?

Hace más de un año comentábamos los riesgos de un embarazo excesivamente prolongado y he podido observar para mi sorpresa que un número importante de lectores a ese post llegan por búsquedas de métodos para inducir el parto caseramente. Uno de los métodos más extendidos es el sexo, por lo que algunas embarazadas llegan a optar por evitarlo durante toda la gestación y otras intentan hacer que sus bebés lleguen antes de tiempo.

Esta idea surge de varios hechos que le dan una plausabilidad biológica. Por un lado, el semen es una fuente natural de prostaglandinas, que son unas moléculas que el cuello uterino y el útero segregan antes del inicio del parto y que tienen como finalidades hacer madurar el cuello uterino (que se vuelva más blando, más corto y se dilate) e iniciar las contracciones uterinas. Además, los orgasmos incrementan la producción de oxitocina (hormona encargada de las contracciones uterinas durante el parto) y es de sobra conocido que la estimulación de los pezones puede ayudar a este inicio. Otro aspecto interesante a resaltar es que las infecciones de transmisión sexual, como las clamidias o las trichomonas, son una causa importante de partos pretérmino.

Hasta aquí todo correcto y lógico, si no fuera porque los estudios observacionales no llegan a la misma conclusión, ya que las mujeres que decían haber practicado sexo durante las últimas semanas de gestación no entraban en trabajo de parto antes que las que se abstenían, ni tenían un cuello cervical más maduro. Es muy frecuente notar contracciones después del sexo, por la oxitocina generada, pero son unas contracciones distintas a las del parto, mucho menos intensas y que no tienen poder suficiente para iniciar el nacimiento del feto, excepto que nos encontremos ante un embarazo de alto riesgo.

Los embarazos de riesgo moderado o alto son un mundo aparte. Si bien se sigue recomendando la abstinencia, los estudios que se han realizado, que son muy pocos, parecen apuntar que esta recomendación no está bien fundamentada. Sin embargo, como esta es una recomendación fácil y que no implica riesgos posiblemente se seguirá utilizando hasta que haya estudios más amplios y elaborados.

Si esto es así, ¿por qué tantas mujeres pondrían la mano en el fuego  por esta teoría? La respuesta es bastante evidente, cuando nos acercamos a la fecha prevista de parto, cada vez es más frecuente que el parto se desencadene espontáneamente, independientemente de si se acaba de practicar sexo o si se ha visto el Sálvame Deluxe en las últimas horas. Pero si estoy de 40 semanas y acabo de practicar sexo es muy fácil que lo vincule como desencadenante, aunque no tenga nada que ver, y que, porque me haya pasado a mí, lo establezca como una prueba de que eso sea una verdad universal.

Por lo tanto, no hay motivos para evitar el sexo en ningún momento del embarazo si se trata de un embarazo normal en el que la mujer se encuentre bien y no tenga síntomas.

¿Y qué hay de la cuarentena que se aplica a las mujeres después de dar a luz?

Muchas mujeres pueden tener problemas para retomar su antigua actividad sexual, ya sea porque se les haya tenido que practicar una sutura, por una infección post-parto, por sangrado o porque la lactancia materna reduce los estrógenos en sangre y esto puede generar sequedad vaginal. Es muy frecuente que la penetración sea dolorosa durante los primeros meses, aunque generalmente mejora con el tiempo.

Tradicionalmente se ha puesto ese margen de los 40 días porque suele coincidir con la primera visita a ginecología tras el parto para comprobar que todo está bien. De todos modos, es una fecha bastante arbitraria y sería mucho más sensato aclarar que la actividad debe retomarse cuando la pareja se sienta con ganas y lo suficientemente cómoda como para hacerlo.

Fuentes:
  • Tan PC, Yow CM, Omar SZ."Coitus and orgasm at term: effect on spontaneous labour and pregnancy outcome". Singapore Med J. 2009 Nov;50(11):1062-7.
  • Schaffir J. "Sexual intercourse at term and onset of the labour". Obstet Gynecol. 2006 Jun;107(6):1310-4.
  • Jones C, Chan C, Farine D. "Sex in pregnancy". CMJA.  April 19, 2011 vol. 183 no. 7

21 feb 2013

¿Para qué sirven las contracciones antes del parto?

Toda mujer embarazada empieza a experimentar contracciones algunas semanas antes de dar a luz y son un motivo frecuente de consulta, ya que no siempre es fácil distinguir si se está de parto o simplemente es una falsa alarma. Más allá de las molestias que puedan suponer, estas contracciones también tienen sus funciones dentro de un embarazo sano.

Pensemos que el útero es un órgano que se contrae durante todo el periodo reproductivo de una mujer, y no solamente durante el embarazo. Al inicio de la gestación, las contracciones son esporádicas y afectan a una porción pequeña del útero, por lo que pasan desapercibidas. A lo largo del embarazo, ese útero va a ver aumentadas sus células musculares, tanto en número (hiperplasia) como en grosor (hipertrofia), ya que cada célula muscular va a alcanzar un volumen 100 veces mayor al que tenía en su estado inicial, dando lugar a contracciones más potentes y generalizadas que sí van a notarse.

Las contracciones de Braxton-Hicks, pues estas contracciones tienen nombre propio, aparecen durante el tercer trimestre, y en casos raros incluso durante el segundo. Por un lado, estas contracciones pueden ayudar al correcto posicionamiento del feto de cara al parto, puesto que la presión sobre la cabeza del feto hace que este se flexione sobre sí mismo por acto reflejo. Pero lo más importante es lo que las contracciones suponen para la arquitectura del útero, ya que forman una estructura llamado segmento inferior uterino, que no existe al principio del embarazo. El segmento inferior es la zona que se sitúa justo por encima del cuello del útero y que posee pocas fibras musculares que además no reaccionan a los estímulos hormonales del parto, a diferencia del resto del útero, por lo que no puede contraerse. Las contracciones de Braxton-Hicks redistribuyen las fibras musculares, haciendo que estas se acumulen sobre todo en el fondo del útero y dejan la parte más baja formada sobre todo por tejido elástico. Gracias a esta modificación, durante las contracciones propias del parto, el fondo del útero se contrae con gran potencia mientras que la parte inferior permanece quieta y el feto puede ser expulsado hacia abajo sin grandes complicaciones. 

Entender estos cambios ha sido muy importante a la hora de practicar cesáreas modernas. La incisión que se realiza actualmente en una cesárea se sitúa en el segmento inferior y es transversal, a diferencia de la incisión vertical en el cuerpo del útero que se realizaba antes. Este cambio de tendencias favorece cesáreas mucho menos agresivo, ya que el segmento inferior es más delgado, está mucho menos vascularizado y, al ser tejido fibroso, cicatriza mucho mejor.

Fuente: http://melyleopartos.blogspot.com.es
¿Hay alguna manera de diferenciar las contracciones de parto y las de Braxton-Hicks?

Las contracciones de Braxton-Hicks se describen como irregulares e incómodas pero no dolorosas (aunque hay mujeres a las que sí les duelen, ya sabéis que la percepción del dolor varía mucho entre personas), no son rítmicas y no aumentan ni en intensidad ni en frecuencia a medida que pasa el tiempo, ya que suelen desaparecer en unos minutos, a diferencia de las contracciones de parto.

De todos modos, estas directrices solo son una orientación y no siempre se cumplen; así que ante la sospecha de un parto lo mejor será acudir a urgencias.

Fuentes: 



11 jun 2012

¿Tienen más enfermedades los niños concebidos por fecundación in vitro?

La mayoría de los niños nacidos por técnicas de reproducción asistida son bebés sanos y sin problemas de salud. Este artículo no pretende ser alarmista para la población general, simplemente hablar sobre un fenómeno que se está observando en la última década, a raíz del aumento de las demandas de este tipo de asistencia. Hasta principios del siglo XXI, nadie se había planteado la simple idea de que las técnicas de reproducción asistida pudieran ser un factor de riesgo para los futuros bebés; pero a medida que su uso ha ido aumentando nos hemos dado cuenta que actualmente hay una gran proporción de población que ha sido "creada" en un laboratorio, en 2009 superaron los 250.000 nacimientos en todo el mundo, y que por lo tanto deberíamos ser más rigurosos frente a la seguridad de estas técnicas.

Inyección espermática intracitoplasmática
Actualmente, las técnicas de reproducción asistida más utilizadas son la hiperestimulación ovárica con o sin inseminación artificial, en que la mujer recibe altas dosis de hormonas para potenciar la ovulación múltiple; la fecundación in vitro (FIV), en la que los óvulos y el esperma se ponen en contacto en una placa de Petri y que gane el mejor; y la inyección espermática intracitoplasmática (ICSI), en que se inyecta un espermatozoide dentro del óvulo. Además, podemos extraer una o dos células del embrión para hacer diagnósticos genéticos preimplantacionales.


El principal factor de riesgo en un embarazo por técnicas de laboratorio es el riesgo de embarazo múltiple (siete veces mayor que en los embarazos naturales). Albergar más de un feto en el útero implica que esos bebés van a tener más posibilidades de nacer prematuramente y de tener un bajo peso porque tienen menos espacio para desarrollarse, con todos los problemas de salud que pueden venir a partir de aquí. Los embarazos múltiples pueden suceder con cualquiera de estas técnicas, y básicamente se deben a que se da a los padres la posibilidad de implantar entre uno y tres embriones en cada ciclo (más de tres está prohibido por ley en España y en otros muchos países). Cuantos más implantemos, más posibilidades de embarazo, pero también de embarazo múltiple; por lo que la mayoría de parejas optan por dos embriones por ciclo, ya que cada ciclo de fecundación es muy caro.

Pero, a parte de esto que ya sabíamos, cada vez hay más estudios que apuntan a una mayor tasa de alteraciones genéticas en los embriones creados por reproducción asistida. Mientras que el riesgo de defectos genéticos en la población general se encuentra alrededor del 2%, los niños nacidos por FIV los padecen en un 4'5%. Las explicaciones, aún en pañales, son varias. 

En primer lugar, en el caso de la ICSI se plantea la idea de que nos estamos cargando la selección natural del espermatozoide en el tracto genital femenino, ya que es el técnico quien escoge un espermatozoide, uno que se mueva bien y rápido y que no tenga malformaciones externas, y lo inyecta en el óvulo.

En 2003 las líneas de investigación fueron más audaces todavía y mediante el estudio con ratones analizó cambios en la expresión de algunos genes de células embrionarios obtenidas por técnicas in vitro; los resultados demostraron que el patrón metilación de los genes era distinta al resto de embriones (el hecho de que las citosinas de la secuencia de DNA tengan un grupo metilo unido hace que ese gen quede silenciado, de modo que hay genes no se expresarían de la misma manera). Y ese mismo año se confirmó el mismo fenómeno en sangre de cordón umbilical y placenta humanas.


Tampoco deberíamos olvidar que las parejas que recurren a estos métodos pueden tener un problema de fertilidad debido en muchos casos a problemas genéticos (en el 50% de los casos de abortos repetidos encontramos alteraciones genéticas), por lo que sería de esperar que su descendencia tuviera más problemas genéticos que la población general.

De todos modos, estas líneas de investigación aún deben ser desarrolladas, ya que no conocemos a ciencia cierta ni las causas ni las consecuencias que estas diferencias puedan tener en un futuro, ni si esto puede afectar a la descendencia de los "niños probeta". Por lo tanto, lo más sensato, a mi parecer, es continuar ofreciendo estos avances a las parejas que lo deseen; nadie puede asegurarles un hijo perfectamente sano, como tampoco se lo podemos asegurar a una pareja que conciben un hijo de manera natural. Pero no desestimar estos datos, que seguramente nos permitirán ir perfeccionando las técnicas con el paso del tiempo.

2 dic 2011

De trigo, ranas y conejas, ¿o cómo nos las arreglábamos sin los tests de embarazo?

Quizás se hayan vuelto más sofisticados, y algunos hasta te digan de cuantas semanas estás y te den la enhorabuena o el pésame según se tercie, pero quien crea que el método para detectar un embarazo es un invento novedoso de las últimas décadas se equivoca por completo.

La primera prueba de embarazo fue descrita por los egipcios en el Papiro de Berlín (datado en 1300 A.C.). La supuesta embarazada debía orinar sobre un puñado de semillas de trigo y otro de cebada. Si la cebada germinaba, era un niño. Si crecía el trigo, se trataba de una niña. Por bizarro que parezca, este método funciona en un 70 % de los casos, aunque no predice el sexo del feto. Hipócrates y el resto de escuelas médicas helénicas siguieron esas pruebas con algunas leves modificaciones.

Todos estos estudios se perdieron en parte durante la Edad Media, donde la medicina de los cuatro humores era la norma, de manera que la principal prueba para diagnosticar un embarazo se convirtió en la observación de la orina, sobre todo del color, por lo que algunos médicos (o físicos, que era el nombre que recibían los médicos medievales) eran llamados "profetas de la orina". Aunque la mayoría de las embarazadas, sin acceso a un médico, consultaban a curanderas o ancianas, dando lugar a teorías variopintas sobre la concepción. Y así se siguió durante siglos, observando la orina, añadiéndole alcoholes para ver si cambiaba de color y dando de comer a las embarazadas todo tipo de alimentos para ver si vomitaban. 

Hasta que el fisiólogo Ernest Starling descubrió unas ciertas secreciones internas originadas en las vísceras animales, a las que bautizó como hormonas. Y ya sabiendo que estas hormonas podían encontrarse en los fluidos corporales, incluida la orina, se empezó a experimentar con animales. Los primeros tests de embarazo del siglo XX consistían en inyectar orina en ratas y conejas no maduras sexualmente, para sacrificarlas al cabo de unos días y analizar los ovarios, que en caso de embarazo, aumentaban de tamaño. Esta técnica se refinó en 1939, de la mano de Lancelor Hogben, con la popular prueba de la rana, que estuvo vigente hasta finales de los 60. La inyección de orina de embarazada en una rana hembra provoca  que esta ponga huevos en 24 horas o que el macho eyacule en menos de tres horas, sin necesidad de matarlos.

Tanto la prueba del trigo, como la de los conejos y las ranas tienen algo en común con los tests que utilizamos hoy en día, la detección de la gonadotropina coriónica humana (hCG), que es una hormona producida por los tejidos del embrión implantado en el útero a partir del 6º día y por la placenta después, y que se expulsa por la orina de la embarazada. La hCG es capaz de inducir la ovulación y la maduración sexual en los animales, puesto que tiene una estructura muy similar a otras hormonas encargadas de la reproducción (la FSH y la LH). 

23 oct 2011

¿Es peligroso que un embarazo dure más de 40 semanas?


Quien más, quien menos se imagina que los niños prematuros tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud debido a su gran inmadurez en comparación a los bebés que nacen cuando les toca. Pero, ¿os habéis preguntado alguna vez que pasa con esos bebés, que llegada la fecha del parto, siguen dentro del útero materno?

La mayoría pensará seguramente (al menos es lo que yo creía antes de estudiarlo en la carrera) que el gran problema de estos niños es que siguen creciendo dentro del útero y el parto puede ser más difícil, pero para esto se realiza una cesárea y se acabó el problema.

Lo que más preocupa en estos casos es que a partir de la semana 42 (una gestación normal dura entre 38 y 41 semanas) la placenta puede empezar a degenerar, fenómeno conocido como envejecimiento placentario, porque hay una gran cantidad de células que mueren y surgen calcificaciones, como si la placenta tuviera fecha de caducidad. Este proceso implica menor aporte de oxígeno y nutrientes para el feto y menor producción de líquido amniótico. Todo esto pone en riesgo la vida del bebé, que puede entrar en un proceso de sufrimiento fetal y asfixia, mucho más severa en un feto que ha crecido más la cuenta y tiene unas necesidades metabólicas incrementadas.

De hecho, cuando el bebé nace, su aspecto es algo distinto al de un bebé nacido a término. Son bebés que están muy arrugados por una mayor exposición al líquido amniótico y la piel está seca, cuarteada y amarillenta, con una pérdida excesiva de tejido graso y muscular y signos de deshidratación, además de que pueden presentar problemas derivados de la falta de oxígeno dentro del útero. 

Actualmente, este tipo de problema no solemos verlo, puesto que ningún ginecólogo en su sano juicio permitiría que una gestación se prolongará más allá de las 42 semanas y rápidamente induciría el parto mediante oxitocina para estimular la contracciones uterinas o se realizaría una  cesárea.

18 sept 2011

¿Qué es eso? La línea nigra

Esta es quizás una de las cosas que más curiosidad suscita entre las embarazadas; ver que alrededor del cuarto o quinto mes de gestación aparece una línea oscura que atraviesa verticalmente su más o menos abultado vientre, desde el ombligo (o el final del esternón) hasta el pubis.


La línea nigra se debe a los niveles elevados de progestágenos (las hormonas encargadas de preparar el cuerpo para el embarazo), que estimulan la proliferación de melanocitos y una mayor producción de melanina, motivo por el que las embarazadas también experimentan hiperpigmentación de los pezones o del rostro (como el cloasma). Afortunadamente, la mayoría de estas manchas desaparecen a los pocos meses de dar a luz sin necesidad de ningún tipo de tratamiento.



Para explicar por qué la melanina se distribuye así sobre la barriga de una embarazada, conviene conocer la anatomía de la pared abdominal. Los músculos abdominales principales se fusionan en la línea media formando un cordón de tejido fibroso (colágeno) de color blanco, conocido como línea alba, que separa el abdomen en dos mitades desde el esternón hasta el pubis, y es en esta estructura donde tiene tendencia a acumularse el exceso de melanina, dibujando una perfecta línea recta.


27 ago 2011

Incompatibilidad sanguínea en el embarazo ¿Por qué el Rh sí y el sistema AB0 no?

Quien más o quien menos sabe qué es el Rh y el sistema AB0 sanguíneo y conoce la tabla de compatibilidad entre grupos distintos, pero hoy hablaremos sobre qué sucede cuando esa incompatibilidad se da durante un embarazo.

El sistema Rh

Supongamos que una mujer Rh negativo (sin proteínas Rh en la superficie de sus hematíes) queda embarazada y el feto resulta ser Rh positivo por herencia del padre. En principio, si se trata del primer embarazo de un feto Rh positivo, no hay nada que temer.

Cualquier persona Rh negativa no tiene anticuerpos anti-Rh de manera innata, si no que debe haber entrado en contacto con sangre Rh positivo para formarlos, y durante la gestación la sangre del feto no entra en contacto directo con la sangre materna. Esto es posible gracias a la estructura de la placenta, que permite la difusión y el transporte de oxígeno, nutrientes y sustancias de desecho sin necesidad de que la sangre de los dos seres llegue a mezclarse. Para ser puristas, deberíamos decir pueden haber microrroturas placentarias pero la cantidad de anticuerpos que llegan a crearse es insignificante para dañar al feto.

 Como podéis ver aquí, los vasos de la madre no se conectan a los del feto.
 
Durante el parto, la placenta se desgarra y este es el momento en que la sangre sí se mezcla. Algunos hematíes Rh positivos del bebé pasarán al torrente sanguíneo de la madre y en unos meses pueden activar su sistema inmunológico para que cree los anticuerpos necesarios (la concentración máxima de anticuerpos se alcanza a los 2-4 meses -la creación de anticuerpos es un proceso más lenta de lo que la gente suele pensar-).

¿Cuáles son las consecuencias de este proceso?

Si esta mujer vuelve a quedar embaraza y el feto es Rh positivo, esta vez sí posee anticuerpos anti-Rh, que pueden atravesar la placenta y atacar los glóbulos rojos fetales, efecto que es cada vez mayor y más precoz con los sucesivos embarazos. La consecuencia directa de esto se conoce como eritroblastosis fetal; los glóbulos rojos son destruidos provocando una anemia más o menos grave y liberando hemoglobina, que se degrada en la famosa bilirrubina (que da un característica color amarillo a la piel).

¿Se puede evitar esta situación?

Actualmente disponemos de la vacuna RhoGam, un concentrado de anticuerpos anti-Rh, similar a los que produce la madre. El anticuerpo inyectado elimina los eritrocitos fetales que puedan haber pasado a sangre materna antes que su sistema inmunológico sea estimulado y así evita que el cuerpo materno produzca por su cuenta los anticuerpos que podrían ser un problema en futuros embarazos.

¿Qué pasa con el sistema AB0?

Teniendo en cuenta que en el sistema AB0 los anticuerpos anti-A o anti-B (según el grupo sanguíneo que se tenga) ya están formados de manera innata, ¿al primer feto que tenga una incompatibilidad con su madre ya le sucederá lo que hemos comentado con el Rh?

Pues no. Si bien es cierto que la sangre materna ya tiene anticuerpos suficientes como para poner en riesgo la vida del feto, la naturaleza ha sido suficientemente sabia como para evitar que estos pasen la placenta con el sofisticado método de “esto no cabe por aquí”. Los anti-Rh son IgG, el tipo de anticuerpo más pequeño que puede fabricar nuestro cuerpo, mientras que los anti-A o anti-B son de tipo IgM, mucho más grandes, ya que en realidad resultan de las unión de 5 unidades de anticuerpo.

 Diferentes tipos de anticuerpos