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11 ago 2017

El hombre herido

Algunos lectores reconocerán la imagen del arte que hoy vamos a explicar, y si no es esta, puede ser que hayan visto alguna de las múltiples variantes que hay de este mismo dibujo. Es posible que alguno lo hayáis visto si sois fans de Hannibal Lecter, ya que se han hecho múltiples referencias al "hombre herido" tanto en el libro "El dragón rojo" como en la serie "Hannibal", que recomiendo encarecidamante.

Fuente: Wikipedia
Aunque a día de hoy nos parezca grotesca, este tipo de imágenes eran las que utilizaban los médicos y barberos cirujanos en la Edad Media para estudiar los diferentes tipos de heridas que podía sufrir una persona, así como la manera de curarlas. Se trata de esquemas bastante completos y con variadas lesiones según el dibujo. A simple vista podría parecer que solo hay heridas de guerra, pero si se estudia meticulosamente la imagen, también se aprecian lesiones infecciosas (como en el muslo derecho del dibujo) o incluso accidentes cotidianos (en la que yo os presento, el pobre sujeto es tan desgraciado que hasta se ha clavado una ramita en el pie derecho).

La primera de estas laminillas apareció por primera vez impresa en el Fasciculus Medicinae, publicado en Venecia en 1491, un conjunto de tratados médicos que abarcaban la uroscopia, la astrología, sangrías, tratamientos de heridas y de plagas, disección anatómica y ginecología. De hecho, este recopilatorio es famoso por ser la primera obra médica ilustrada en ser impresa, y entre las ilustraciones destacan un gráfico de la orina, un diagrama de las venas para realizar las sangrías, una mujer embarazada, el hombre herido, un hombre enfermo y un hombre del zodiaco. En un principio se creyó que el autor era un médico alemán llamado Johannes de Ketham, pero éste sólo fue propietario de uno los dos manuscritos que aún se conservan, por lo que se desconoce la autoría.

Y hablando de ginecología, también había la versión femenina del dibujo, "la mujer enferma", donde se explicaba de manera muy rudimentaria la anatomía femenina, así como el proceso del embarazo. Como podéis ver, la anatomía no era el fuerte de la Edad Medía, ya que en muchos sitios la disección de cadáveres estaba prohibida y había que echarle imaginación a través de las descripciones de tratados antiguos. 


Por si os interesa, dejo aquí un enlace donde se pueden consultar y ampliar los dibujos originales del Fasciculus Medicinae: http://blog.wellcomelibrary.org/2016/08/wound-man-part-1-origins/

¡Disfrutad de las vistas!
 

31 ene 2015

Lecciones de medicina: "El garrotillo" de Francisco de Goya

El cuadro que os presento hoy es "El garrotillo" de Francisco de Goya. Aunque ese no era el título original, Gregorio Marañón, antiguo propietario de la obra, lo rebautizó así y le dio su propia interpretación. Sabemos por datos de catalogación que este cuadro representa una escena de El Lazarillo de Tormes, el momento en que el amo ciego abre la boca de Lázaro para comprobar, oliéndole, que se ha comido la longaniza que el amo estaba asando.

El garrotillo. Francisco de Goya

Respecto a la interpretación de Don Gregorio, el garrotillo era el nombre con el que se conocía popularmente la difteria. Este nombre deriva del archiconocido "garrote vil", método de ejecución ampliamente usado en España antaño, y es que la difteria también mataba asfixiando a sus víctimas.

Fuente: www.infirmus.es
Esta enfermedad, causada por Corynebacterium diphteriae, era típica de la edad infantil y se caracterizaba especialmente por la aparición de placas membranosas en las vías respiratorias y digestivas. A partir de estas membranas, donde la bacteria crece, forma toxinas que son liberadas a la circulación y dañan principalmente al corazón, los riñones y el sistema nervioso. Otra forma distinta de la enfermedad da sintomatología cutánea, con lesiones enrojecidas en la piel bastante dolorosas.

Cuando estas placas se forman en faringe y laringe, pueden llegar a obstruir completamente la vía aérea, asfixiando al individuo. Por este motivo, antiguamente era un remedio tradicional, aunque poco eficaz, introducir los dedos en la garganta del niño para intentar romper las membranas y evitar la asfixia.

A día de hoy, la difteria es una enfermedad prevenible gracias a la vacuna que se administra junto al tétanos y la tos ferina. De hecho, en España no hay casos de difteria desde 1987.


Si queréis contemplar este cuadro en vivo y en directo, se encuentra en la Colección Araoz, en Madrid.

7 abr 2013

Esa mirada patética...

En nuestro cuerpo hay 12 nervios que son especiales porque salen directamente del encéfalo y no de la médula espinal como el resto de los nervios; por este motivo los llamamos pares craneales. Y hoy vamos a hablar de uno de estos nervios, el IV par, que también es conocido como nervio "patético".

Fuente: visiondat.com
El nervio patético es uno de los tres nervios encargados de los movimientos oculares, en concreto solamente se encarga del movimiento de un solo músculo, el oblicuo superior, que nos permite mover el ojo hacia abajo cuando este se encuentra mirando hacia la nariz, acciones necesarias para leer o para bajar las escaleras.

Fuente: scielo.isciii.com
Cuando este nervio se lesiona (algo bastante frecuente de ver en la práctica diaria, ya que al ser el nervio más largo y fino de los pares craneales es el que más frecuentemente se daña en caso de traumatismo craneoencefálico), el ojo se desplaza hacia arriba cuando lo posicionamos hacia adentro, tal y como se muestra en esta imagen. En esta situación el paciente tendrá una visión doble vertical, por lo que se tiende a ladear la cabeza hacia el lado del ojo desviado para poder compensar el estrabismo poniendo los ejes oculares algo más alineados.


Fuente: elforocofrade.es


Esta posición de los ojos se parece mucho a la mirada con la que se pinta a muchas imágenes religiosas rezando y mirando hacia el cielo, mirada que las escuelas pictóricas llaman mirada patética, ya que el significado original de "patético" es que desprende un sentimiento aflictivo o de dolor, sin el matiz peyorativo que le aplicamos hoy en día a ese adjetivo. Por este motivo, posteriormente algún neurólogo pensó en la similitud de estas imágenes y la cara de sus pacientes, bautizando al nervio como patético. También se piensa que Alejandro Magno podría haber sufrido este tipo de lesión, posiblemente en algún traumatismo sufrido en batalla, ya que siempre aparece con la cabeza inclinada en los bustos, atributo que también describió Plutarco en la biografía de Alejandro, así como lo que el escritor definió como una mirada peculiar y enternecedora.




14 oct 2012

Alicia en el país de la neurología

¿Quién podía imaginar que una de las joyas de la literatura inglesa, Alicia en el país de las maravillas, escondía un pequeño tratado de neurología? Y es que algunos de los entrañables personajes que recordamos de nuestra infancia han inspirado a neurólogos para describir curiosos síndromes.

Síndrome de Alicia en el país de las maravillas

Este fenómeno, bautizado en honor a nuestra pequeña protagonista, fue descrito como la percepción alterada en la forma, tamaño y situación espacial de los objetos, así como la distorsión de la propia imagen corporal y del transcurso del tiempo, generalmente experimentado por niños y adultos con migraña, como parte de las conocidas auras migrañosas (percepciones que pueden anticipar la aparición de migrañas). Los pacientes son conscientes de la irrealidad del fenómeno, a pesar de la intensidad y del realismo con el que lo viven. 

Lewis Carroll padeció migrañas según lo atestigua su diario personal, y con frecuencia se ha sugerido que él mismo podría haber experimentado el síndrome, que le habría inspirado para escribir la famosa escena del pastel  y la bebida que encogen y agrandan a Alicia. 




Síndrome del gato de Cheshire

El gato de Cheshire tenía la capacidad de aparecer y desaparecer a su antojo, gradualmente hasta dejar solamente su sonrisa. Alicia había visto gatos sin sonrisa, pero no una sonrisa sin gato... El síndrome del gato de Cheshire, pese a no estar muy bien descrito a causa de los poquísimos casos que hay en la literatura médica, es la descripción de algunos casos peculiares de un tipo de vasculitis (inflamación de vasos sanguíneos), la poliarteritis nodosa, que aparece en estos pacientes con sus múltiples expresiones clínicas de un modo muy claro (con afectación renal, neurológica y cutánea sobre todo), pero cuando se hace la biopsia no hay evidencias de vasculitis, solo aparece el daño a los tejidos que ha producido.




Síndrome del sombrerero loco

En el siglo XIX, los sombrereros utilizaban mucho el nitrato de mercurio, necesario para trabajar la piel de conejo en los sombreros de fieltro. Esta tarea provocó una alta incidencia de intoxicaciones por mercurio en el gremio, causando básicamente síntomas psiquiátricos (hiperactividad, desequilibrio emocional, insomnio), lesiones en nervios periféricos y temblores, motivo por el que se acuñó la expresión as mad as a hatter (más loco que un sombrerero). 

Es muy posible que la personalidad excéntrica del personaje de Carroll fuera un reflejo de la  exposición laboral a que se veían abocados estos profesionales.





La tartamudez de Dodo

Es muy posible que muchos no recuerden a este personaje, a menos que sean unos entusiastas de la obra. El tímido Dodo es uno de los animales que se baña en el Mar de Lágrimas que provoca Alicia y que propone que todos los animales mojados hagan una carrera, donde los participantes corren de cualquier forma, sin principio ni fin, de modo que todos ganan. Ese personaje poco destacado está inspirado en el propio Lewis Carroll, que sufría una importante tartamudez hasta el punto de no poder pronunciar correctamente su verdadero nombre, Charles Dodgson, (Do-Do-Dodgson), de ahí el nombre del simpático animal, como el mismo explicó.

Fuentes: 
  • Todd, J. Syndrome of Alice in Wonderland. Canadian Medical Association Journal, Ottawa, 1955, 73: 701-704.
  • Bywaters, E.G. The Cheshire cat syndromePostgraduate Medical Journal. 1968 January; 44(507):19–22
  • Murray,  TJ. The neurology of Alice in Wonderland. Can J Neurol Sci 1982;9:453-457.

18 oct 2011

La piedra de la locura

Extracción de la piedra de la locura (Jan Sanders van Hemessen)

La locura es un tema que ha dado mucho de sí en las artes, incluso llegándose a retratar su tratamiento estrella en la Edad Media, la extracción de la piedra de la locura. En realidad, cuando se hablaba de locura, se referían a un concepto mucho más amplio, que incluía la estupidez, la malicia, la depresión, la demencia o la epilepsia. En la Edad Media, los enfermos mentales eran considerados pecadores castigados por la ira divina o poseídos por el demonio y tenían prohibida la entrada en los hospitales (que entonces eran más bien unas casas de beneficencia gobernadas por religiosos). Su única manera de sobrevivir era su exhibición en las ferias si eran de origen humilde y mediante la cirugía si eran de familia pudiente. 


Según el saber popular, estas afecciones eran causadas por una obstrucción cerebral por acúmulo de piedras en la cabeza del paciente, algo parecido a los cálculos renales que ya se operaban desde la Antigua Grecia, y los curanderos ambulantes encontraron en este mito un negocio redondo. La operación era bastante sencilla, pues en realidad solamente se hacia una pequeña incisión en la frente del paciente y generalmente no llegaban a perforar el cráneo. En un momento dado de la cirugía, el curandero escabullía una pequeña piedra dentro de la herida haciendo creer a los presentes que la había sacado del cráneo del enfermo. La piedra que se extraía acababa en la colección particular del curandero, que era exhibida como muestra de su profesionalidad.

Esto no significa que no se realizaran trepanaciones (apertura del cráneo para manipular el cerebro) en la Edad Media. Las trepanaciones ya se practicaban en la prehistoria a modo de ritos supersticiosos seguramente, y en el medievo era una práctica recomendada por los barberos cirujanos para aliviar la melancolía o tratar la epilepsia.


El Bosco, el primer anti-magufo de la historia

Extracción de la piedra de la locura (El Bosco)
Quizás no fuera el primero, pero solo hace falta echar un vistazo a esta obra suya para darse cuenta de lo que pensaba sobre esta extendida práctica.

El curandero aparece con un embudo en la cabeza (símbolo de la estupidez) en lugar del gorro que solían llevar los barberos (como en el caso del lienzo de ). Con este gesto parecía decir que los verdaderamente locos o necios eran quienes pretendían curar a los “locos”. A la pobre víctima, sentada mientras se le interviene, le sale un tulipán de la herida, en lugar de la esperada piedra, y su bolsa de dinero, colgada en el cinto, está atravesada por un puñal (la estafa). No podían pasar desapercibidos el fraile y la monja que contemplan la operación, él con un cántaro de vino en la mano y ella con un libro cerrado encima de la cabeza, con los que El Bosco, seguidor de la corrientes prerreformistas de Flandes, denuncia algunos de los pecados del clero: la opulencia, la superstición y la ignorancia.

También llama la atención el formato circular del lienzo, como si fuera un espejo, un recurso muy usado en aquella época para dar la impresión que lo que se representa no es más que un reflejo de realidad. Y todo el conjunto se encuentra enmarcado por la leyenda Meester snyt die Keye ras, myne name is Lubbert Das (Maestro, extráigame la piedra, mi nombre es Lubber Das). Lubber Das era un personaje de la literatura popular holandesa que representa a la estupidez (algo así como sería en España decir “es más tonto que Abundio”).

Otras maneras de ver la locura

Por desgracia, los “locos” no solo fueron maltratados en la época medieval. Los babilonios cortaban el problema de raíz, recomendando la hoguera o enterrarlos vivos. Por otro lado, los musulmanes consideraban la locura como una gracia divina y los locos eran tratados como los “Santos de Dios”, por lo que se les construyeron templos especiales; aunque esta la única excepción en este sentido.

Con la llegada del Renacimiento, se acabaron los exorcismos y las cirugías. Se optó por erradicar a los locos, sacándolos de los espacios públicos, dejándolos abandonados en campo abierto o a su suerte en un barco sin timón. Y no fue hasta 1552 cuando se construyó el primer manicomio en Occidente (en Valencia).

6 sept 2011

Van Gogh y su época amarilla, ¿propia decisión o efecto secundario?

Una de las principales características de la pintura de Van Gogh es el uso reiterado del color amarillo en sus lienzos, un hecho con el que se ha especulado bastante. ¿Se trata de una elección del artista, como la época azul de Picasso, o podría estar relacionado con su historial médico?

La primera hipótesis surgió de su conocida afición a la absenta, el licor por excelencia en los entornos bohemios que solía frecuentar, que contiene tujona, un aceite relacionado químicamente con el alcanfor. Un consumo excesivo de esta sustancia podría provocar que una persona lo viera todo en halos amarillos. Sin embargo, más tarde, se comprobó que la cantidad necesaria para provocar dicho efecto serían unos 182 litros de absenta.

Retrato de Paul-Ferdinand Gauchet



La segunda hipótesis es bastante más plausible y se relaciona con una intoxicación con digital. El digital, hoy en día consumido en forma de digoxina, fue uno de los primeros fármacos usados en medicina, principalmente para combatir problemas cardíacos. Aunque ahora no es un efecto secundario muy común (ya que podemos controlar muy bien las concentraciones de digital en sangre), antiguamente no era raro que los pacientes que lo consumían se quejasen de ver halos amarillentos o de verlo todo tirando a amarillo (xantopsia). El médico de Van Gogh, el Dr. Gachet, podría haber tratado sus crisis maníaco-depresivas con digital, una práctica común en aquellos tiempos, puesto que se le atribuían propiedades sedantes y antiepilépticas. En la foto, podemos ver que el Dr. Gachet tiene un ramo de Digitalis purpurea, de donde se extrae el digital.


Muchos de los trabajos de Van Gogh tienen estas características. La noche estrellada, Terraza de café por la noche, Los girasoles, Campo de trigo con segador y sol, e incluso en los retratos que hizo de sí mismo y del Dr. Gachet la piel de ambos aparece con un malsano tono amarillento. 

Campo de trigo con segador y sol

La noche estrellada









 






Alternativamente, también se ha propuesto que los halos de su pintura fueran debidos a un glaucoma. El aumento de la presión intraocular puede provocar un edema (hinchazón) en la córnea, de manera que la luz modifica su refracción y el paciente ve halos coloreados alrededor de las fuentes de luz. Esta tercera hipótesis no goza de mucha popularidad, puesto que el glaucoma es muy raro en individuos menores de 40 años (y Van Gogh se suicidó a los 37 años).

Sea como fuere, con o sin ayuda del digital, siempre nos quedará su estilo inconfundible y que hace que sospechemos que una obra es suya, a pesar de ser la primera vez que la veamos.