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12 jul 2017

¿Qué pasó con el aceite de colza?

En España nombrar el aceite de colza es casi como hablar de venenos. Aunque muchos ni tengamos memoria de los sucesos ocurridos en 1981 a causa de una partida de aceite en mal estado, lo cierto es que la mala fama que adquirió este producto lo hizo desaparecer de nuestras cocinas de una manera rotunda. 

Para los que apenas recordéis lo sucedido, un breve apunte. El síndrome del aceite tóxico (SAT) fue una intoxicación masiva sufrida en España en la primavera de 1981. El primer caso apareció el 1 de mayo de ese año y el 10 de junio se descubrió el motivo que los causaba. Mientras tanto la intoxicación afectó a más de 20000 personas, ocasionando la muerte de unas 1100 personas. 

Las víctimas pasaban por tres fases bien diferenciadas:
- Una fase aguda que debutaba con una neumonía de tipo atípica (es decir, que afecta al tejido intersticial, el que forma el sostén de los tejidos) y un aumento de los eosinófilos en sangre. 
- Una fase intermedia con tromboembolismo e hipertensión pulmonar, así como cefaleas y dolores musculares intensos. 
- Finalmente, una fase crónica con afectación hepática, esclerodermia (un endurecimiento anormal de la piel, que también puede afectar otros órganos) y neuropatía (afectación nerviosa).

¿De dónde viene el aceite de colza?

 Brassica napus (wikipedia. es)
El aceite de colza es el extraído de la semilla de la Brassica, usado sobre todo en  países europeos, como Alemania, es el principal aceite de uso alimentario utilizado para la cocina y la fabricación de comida, y el tercer aceite más usado a nivel mundial. Se trata de un aceite vegetal rico en ácidos grasos de la familia omega 3, en concreto del ácido esencial alfa-linolénico o ALA. De hecho es el aceite vegetal de consumo humano con más omega 3. Posee una alta proporción de ácido oleico (un poco por debajo del aceite de oliva) y también en vitamina E y K, además de ser bajo en ácidos grasos saturados.

Entonces, si es un buen aceite, ¿qué sucedió en España?

Los responsables fueron la empresa aceitera RAPSA de San Sebastián, que importó desde Francia en aquella época grandes cantidades de aceite de colza desnaturalizado para usos industriales. La importación de aceite de colza para consumo humano estaba prohibida con el objeto de proteger la industria aceitera nacional. Desde finales de 1980 se demostró la venta de aceite de colza desnaturalizado por por parte de esta empresa a algunas refinerías con el objeto de eliminar anilinas y destinarlo a la venta para consumo humano. De hecho alguna de las refinerías, además, mezcló el aceite de colza desnaturalizado y refinado con otros aceites vegetales y animales, y en ocasiones con betacaroteno y clorofila con el objeto de asemejar el producto a los aceites de oliva de más alto precio. Consecuentemente se condenó a los aceiteros responsables de la manipulación del aceite de colza desnaturalizado y de su desvío al consumo humano como autores de un delito contra la salud pública, delito de imprudencia temeraria y profesional y delito de estafa, entre otros.

Actualmente todavía se desconoce el agente etiológico concreto que dio lugar al síndrome del aceite tóxico (SAT). No obstante, todas las personas afectadas estuvieron expuestas al aceite de colza adulterado inmediatamente antes de contraer la enfermedad, lo que conduce a pensar que fueron algunas sustancias en él lo que habría producido el cuadro.

Los primeros dos estudios realizados sobre este aceite permitieron establecer una relación entre la presencia de anilidas de ácidos grasos, sobre todo anilidas del ácido oleico u oleanilidas (OAA), y el mayor riesgo de sufrir SAT. En estudios posteriores, se identificó una familia de compuestos: los ésteres dioleílicos de 3-(N-fenilamino)-1,2-propanodiol (PAP), y en concreto un miembro de esta familia el 1,2-dioleiléster del PAP (OOPAP), como más estrechamente relacionado con la aparición de SAT. Se considera un marcador más importante que las OAA, ya que el riesgo relativo aproximado referido a la exposición del OOPAP es mayor que el de las OAA.

La toxicidad de los ésteres de PAP se debería a su similitud estructural con la estructura de los fosfoglicéridos, que son los principales componentes de las membranas celulares. Sin embargo, todavía no se conoce si el OOPAP fue el causante principal o fue otro éster o una combinación de varios agentes. Debido a que no se ha encontrado exactamente la molécula responsable del SAT, hay quien ha alegado que no fue el aceite de colza adulterado la causa, sino que se trata de una cortina de humo para tapar el verdadero problema. No digo que será cierto, pero eso mejor se lo dejo a Cuarto Milenio...

Fuentes:  
- Tabuenca, JM. Toxic-allergic syndrome caused by ingestion of rapeseed oil denatured with aniline. Lancet, 2 (1981), pp. 567-568.
- Rodríguez Carnero, P et al. El síndrome del aceite tóxico: 30 años después. Rev Esp Med Legal 2011; 37:155-61.
  

8 dic 2014

Pócimas y elixires de "amor"

No, no me he vuelto loca, esto sigue siendo un blog de medicina. Hoy hablaremos de los compuestos químicos que hay detrás de los filtros de amor que se vendían en la Edad Media y más tarde. Estas pócimas eran realizadas mayoritariamente por mujeres que eran conocedoras de las hierbas que usaban y que vendían bajo promesas de captar la atención de un amante esquivo, así como para recuperar la potencia sexual perdida con los años. Sabemos que los alimentos afrodisíacos, así como las pociones milagrosas, no existen. Pero algunas de las sustancias que vamos a mencionar sí tienen efectos farmacológicos que podían ayudar, igual que lo hace actualmente la Viagra.


La mandrágora 

Se trata de una planta singular y rodeada de mitos, sobre todo por la curiosa forma de su raíz, que fue la parte usada durante siglos, ya que parece un pequeño cuerpo humano. Las primeras menciones del mismo aparecen en la Biblia, tanto para calmar dolores o como remedio contra la esterilidad. Su empleo estaba también relacionado con la brujería. Con una poción de mandrágora la bruja Circe, según Homero en la Odisea, atraía a los hombres consiguiendo que la amasen para más tarde transformarlos en animales para sus establos.

Raíz de mandrágora. Fuente: http://de100en100cia.blogspot.com.es

Las propiedades de la mandrágora son básicamente debidas a los alcaloides anticolinérgicos que contiene (atropina, escopolamina, hioscina). En dosis bajas bloquea los receptores de la acetilcolina deprimiendo los impulsos de las terminales nerviosas; mientras que en dosis elevadas, provoca una estimulación antes de la depresión. Si bien esta activación puede estar relacionada con la potencia sexual, su empleo como excitante podría estar más bien vinculado a la forma de la rz de la mandrágora, de hecho se llegaba a distinguir entre mandrágoras macho o hembras, según si su forma pareciera más andrógina o menos.

La Belladonna

La Belladonna o Atropa belladonna es una planta "prima hermana" de la mandrágora, con propiedades muy similares. Su nombre proviene de la parca Átropos, en la mitología griega encargada de cortar el hilo de la vida de los humanos. Lo de belladonna viene por el uso cosmético que le dieron las romanas y sus descendientes italianas a lo largo de la historia. La belladonna contiene altas dosis de atropina, otra sustancia anticolinérgica, que aplicada sobre los ojos dilata las pupilas. De modo, que las romanas se "veían" fantásticas con sus grandes ojos negros, y pongo veían entre comillas, porque el problema de dilatar las pupilas, como muchos sabréis, es que la capacidad de enfocar del ojo se ve francamente reducida.
 
La cantárida o mosca española
La cantárida es la viagra de la Antigüedad por excelencia. Es una sustancia que se extrae de las alas secas y pulverizadas de un escarabajo verde originario de España, la Lytta vesicatoria

Lytta vesicatoria. Fuente: http://en.wikipedia.org

El componente activo, la cantaridina, se incorporaba en una poción que en pequeñas cantidades producía deseo sexual y en mayor proporción era usado como abortivo. La cantárida es muy irritante al contacto con la piel, con lo que hace afluir la sangre hace las zonas donde se aplica. Aplicada a los genitales da lugar a priapismo, una erección continua que puede llegar a ser muy dolorosa.

Son muchos los personajes famosos que sucumbieron al uso de esta sustancia, como el infante Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, que según las malas lenguas, murió por el abuso para satisfacer a su esposa, Margarita, hermana de Felipe el Hermoso. También el Marqués de Sade era un cliente habitual de la cantárida y se lo administró a varias prostitutas en una orgía, motivo por el que fue juzgado por asesinato y escándalo público. Parece que saber que la mosca española es una sustancia muy tóxica (una dosis de 1,6 gramos puede resultar mortal) no fue suficiente para disuadir a algunos de sus consumidores.

Fuentes:  

- Múñoz Páez, Adela. "Historia del veneno". Ed. Debate. Madrid. 2012.
- Bataller Sifre, R. "Toxicología clínica". Universitat de Valencia. 2004.

10 nov 2014

¿Cómo deforma la nariz la cocaína?

Por todos es conocido que uno de los estigmas más claros de la adicción a la cocaína es la deformación gradual de la forma de la nariz. Hoy veremos cómo y por qué se produce este fenómeno. 

La cocaína es una sustancia que, entre otras características, tiene efectos vasoconstrictores (disminuye el flujo de los vasos sanguíneos), por lo que al ser esnifada reduce la cantidad de aporte sanguíneo de la mucosa nasal. De este modo, el consumo prolongado primero produce úlceras, ya que las células van muriendo por déficit nutricional, y van dejando a la intemperie el cartílago del tabique nasal. El cartílago no tiene vasos sanguíneos propios, sino que debe ser nutrido por la mucosa que lo recubre. Así que inevitablemente, el cartílago también se perfora por necrosis. 

Por si esto no fuera suficiente, también tenemos que tener en cuenta que, tras este efecto vasoconstrictor de la cocaína, el cuerpo produce un efecto rebote con una gran vasodilatación de la zona para compensar la isquemia. La vasodilatación da lugar a rinitis (con sensación de que la nariz nos moquea) y algunos consumidores palían este molesto efecto con gotas intranasales, que casualmente también son vasoconstrictoras (aumentamos el efecto, ya producido por la cocaína).

Una pequeña lesión en el tabique puede ser totalmente inperceptible, como mucho puede provocar que la persona note una especie de silbido cuando inspira aire (porque al haber una perforación que comunica ambas fosas nasales se crea una turbulencia de aire). Cuanto meyor sea la perforación, mayor y más molesta se puede volver esta turbulencia. Además los bordes de la perforación son muy frágiles y sangran fácilmente; por no hablar de la aparición de costras recurrentes, dolor o infecciones recurrentes de la zona...

El tabique nasal es el pilar del dorso nariz, de manera que el afectado pierde gradualmente ese apoyo y la nariz se hunde ("nariz de boxeador"). También la punta de la nariz cae por falta se sustento.

Fuente: http://www.perforatedseptum.com/perforated-septum-treatment/

El consumo necesario para que esta lesión aparezca no se encuentra bien estimado, podría ser entre unos pocos meses y varios años; depende del cuerpo de cada uno, la frecuencia del consumo, los adulterantes de la droga y el uso de sprays nasales.

En estos casos el único remedio es una intervención, siempre con la idea de que el paciente haya dejado la droga. Las pequeñas perforaciones (menores de 2 cm) se cierran sin problemas, pero pasados los 2 cm la intervención se complica, ya que debe realizarse en varias etapas y no siempre se consigue un cierre total del defecto.


Fuentes:
- Vallés Varela, H. Lecciones de Otorrinolaringología. Universidad de Zaragoza. 2012.

14 dic 2012

¡Bromuro en las lentejas!

Siempre se ha dicho que para evitar "incidentes desafortunados" entre los reclutas del servicio militar que, faltos de cariño femenino, pudieran interesarse por sus compañeros, se ponía bromuro en la comida, sobre todo en las lentejas (no me preguntéis el porqué de la fijación con las lentejas), ya que así se bajaba la libido. Más allá de si en la Mili se echaba mano al bromuro o no, ¿realmente funciona este remedio?

Los bromuros son compuestos formados por un metal alcalino (como el litio) y un halógeno (en este caso, el bromo). Este tipo de uniones generan compuestos que tienen mucha facilidad para interaccionar en las conexiones neuronales, de modo que es fácil que intervengan en acciones como la sedación, el estrés u otros funciones neurológicas.

Existen muchos bromuros. El más conocido en el tema que hoy nos concierne es el bromuro de potasio, una sal de color blanco, soluble en agua y en etanol. Se usaron con frecuencia como sedantes durante los siglos XIX y XX. Vamos, que lo que se dice matar, sí que mataba el deseo sexual, pero también cualquier otro interés en la vida... Sin embargo, tal acción es común a todos los sedantes y no se sabe que sea especialmente específica del bromuro de potasio. De hecho, uno de los usos más extendidos del bromuro durante el s. XIX en Gran Bretaña era administrárselo a los niños de clase alta en las comidas, ya que todo a niño de bien se le regalaba un salero personal como signo de status social, aunque luego se le mezclara algo de bromuro con la sal para que la criatura se portase bien... Además, los bromuros de sodio y potasio eran muy usados para tratar la epilepsia, pues en aquella época se creía que era una enfermedad provocada por la masturbación.

Por otro lado, la mayoría de bromuros que continúan en el mercado se utilizan hoy en día por sus efectos anticolinérgicos, es decir, que inhiben las acciones del sistema nervioso parasimpático, por lo que más que reducir la libido, dificultan la erección, que es generada por el sistema parasimpático.

La toxicidad de los bromuros puede desencadenar el bromismo, un síndrome con múltiples síntomas neurológicos (cefalea, somnolencia, sensación de frío, lenguaje incoherente, disminución de la fuerza muscular), así como vómitos y diarreas. Tampoco son infrecuentes las erupciones cutáneos por el uso de bromuro. Como podemos ver, los bromuros distan mucho de ser fármacos inocuos y, aunque sean fáciles de disimular en la comida o en la bebida, estos síntomas pueden acabar delatando su uso.

Los bromuros son bastante fáciles de encontrar en la naturaleza, sobre todo en el agua de mar (son el 0'2% de todas sus sales) y en los productos marinos, dando lugar a la paradoja de que uno de los afrodisiacos por excelencia, el marisco, es una de las fuentes más ricas de bromuro de las que disponemos.

Sin embargo, hay otro producto muy consumido que sí sabemos que afecta a la libido, el regaliz. El regaliz contiene ácido glicirrético, que actúa a nivel de la glándula suprarrenal inhibiendo algunas enzimas, como la 17-b-hidroxi-deshidrogenasa (HSD-17b). Si nos fijamos en el esquema, la inhibición de HSD-17b impide la formación de testosterona, generando un acúmulo de los metabolitos anteriores, que buscarán llegar a modificarse por el resto de vías. Por este motivo, además observamos un aumento de cortisol y aldosterona.

Fuente: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext

Tanto el cortisol como la aldosterona (encargada de retener sodio y agua) son hormonas que elevan la tensión arterial. Por estos motivos se recomienda no exceder los 100 mg de consumo diario por seguridad o tomar un regaliz modificado que no contiene ácido glicirrético.

27 jul 2012

¿Es verdad que existe un "suero de la verdad"?

El narcoanálisis o administración de fármacos narcóticos durante un interrogatorio es una técnica que fue empleada en criminalística a lo largo del siglo pasado, si bien generó un amplio excepticismo desde sus inicios y hoy en día está vetada en la mayoría de países democráticos. ¿Pero de verdad se puede esperar que alguien a quien se le pone una inyección cante todos sus crímenes como si fuera un jilguero?

Uno, dos, tres de Billy Wilder (1961)

El suero de la verdad no es como la fórmula secreta de la Coca-Cola, se trata en realidad de toda aquella droga utilizada en los interrogatorios, sobre todo barbitúricos (como el tiopental sódico) y la escopolamina. El primero en descubrir este "uso", en 1910, fue el Dr. Robert House, un ginecólogo que observó como algunos de los anestésicos que usaba durante los partos desataban la lengua de sus pacientes. En su favor diremos que el buen doctor solo quería que se utilizase para probar la inocencia de acusados, de manera que si estos admitían que eran inocentes bajo los efectos de la droga, esto se podría usar como argumento en el juicio. 

Pero el descubrimiento cayó en saco roto hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando los médicos pensaron que serían una buena manera de mejorar la amnesia o la afasia (trastornos del habla) de los soldados lesionados durante la batalla. Como tratamiento no hay noticias de que funcionara especialmente, pero debía dar una sensación de bienestar bastante reconfortante. Cuando acabó la Guerra, algunos de estos médicos militares, ya familiarizados con estas drogas, se especializaron en psiquiatría donde se extendió su uso, tanto para hacer hablar a pacientes con mutismo como para las sesiones de psicoanálisis. Pero otros decidieron trabajar como consultores para la policía y el empleo de estos fármacos dejó de ser en beneficio del paciente cuando estas técnicas llegaron a manos de la CIA, el FBI o el KGB.

Entonces, ¿funciona o no?

Es cierto que una persona puede bajar la guardia bajo los efectos de esas sustancias y contar algo que no debiera, pero estos fármacos no anulan la capacidad de mentir, de hecho lo que hacen es aumentar la desinhibición, de modo que el discurso se convierte en una mezcla de hechos reales e imaginarios, con la magnificación de algunos recuerdos y la omisión de otros, porque desinhibirse no es exactamente lo mismo que perder el control del discurso. La única forma en que podría ser útil este suero sería que la persona quisiera desahogarse y explicarle a alguien algo que le corroe la conciencia (parecido a las confidencias que se hacen durante una borrachera), aunque lo mismo podría confesar un crimen, que explicarnos que de pequeño le gustaba ponerse los zapatos de tacón de su madre...


Otro efecto de estos fármacos es que inducen un estado de alta sugestionabilidad, así que es fácil conseguir que el acusado diga justamente lo que el interlocutor quiere escuchar. Por este motivo, en muchos países se declaró inconstitucional este tipo de interrogatorio y toda declaración obtenida con estos métodos es desestimada en los juicios. Aún así, de vez en cuando se escuchan discursos que defienden el uso de estos métodos de coacción, especialmente en casos de terrorismo.


Fuentes:


Muehlberger, C.W. “Interrogation Under Drug Influence” The Journal of Criminal Law, Criminology, and Police Science 42 (1951): 513-528.


Kala, A.K. “Of ethically compromising positions and blatant lies about ‘truth serum.’” Indian Journal of Psychiatry 49 (2007):6-9.

5 nov 2011

Metadona, combatiendo el fuego con fuego

La mayoría ya sabréis que la metadona es el fármaco más usado en los programas de deshabituación a la heroína. Pero si nos paramos a pensar, ¿no resulta de entrada contradictorio que para eliminar una adicción a un opioide se utilice otro opioide? ¿Es que la intención es cambiar una adicción por otra?

La metadona es un opioide sintético, emparentado con la morfina, la heroína o la codeína, que se administra por vía oral (aunque también tenemos formas intramusculares o endovenosas, menos usadas). Todos estas sustancias actúan del mismo modo, activan algunos receptores opiáceos que hay repartidos por todo el cuerpo.

La diferencia entre heroína y morfina radica en su tiempo de acción. La heroína es una droga que alcanza su máximo efecto a los 5 minutos de su adminitración y de muy corta duración (de 3 h como máximo). Además atraviesa con gran eficiencia la barrera hematoencefálica (que separa sangre y neuronas) provocando una sensación de bienestar explosivo. Estas características hacen de la heroína una droga muy adictiva.

En cambio, la metadona oral empieza a actuar a los 30 minutos de su ingesta, con una duración de hasta 24 horas. Su acción es más sostenida y menos potente que la heroína, así que con el tratamiento de metadona se tienen niveles de opioides suficientemente altos para no caer en un estado de abstienencia pero sin unos niveles tan altos que puedan provocar un colocón. Por un lado, es más difícil que alguien se vuelva adicto (aunque tampoco es excepcional) y por otro, no aparece el craving (la necesidad desesperada de consumir). Aún así, es necesario recordar que la deshabituación depende también de llevar una buena psicoterapia y las ganas del paciente de dejar las drogas.

Frikidato: Aunque la heroína suele consumirse inyectada y disuelta en agua, también puede inhalarse. Así que si recordáis Pulp Fiction, Mia no debería haber caído fulminada cuando inhala heroína pensando que es cocaína.