Las amígdalas, como el resto de nuestro cuerpo, pueden tener un aspecto muy variable; las hay enormes, las hay que apenas se aprecian y también algunas personas tienen unas amígdalas muy características, con grandes agujeros, como si fuera un queso de Gruyère, parecidas a las que os muestro a continuación.
Por extraño que parezca, el aspecto de estas amígdalas es una variante de la normalidad. Las amígdalas de todo el mundo tienen criptas, pequeñas invaginaciones que están conectadas formando un sistema ramificado que es necesario para la función inmunológica de la amígdala. Lo que sucede es que, generalmente, son lo bastante pequeñas para pasar desapercibidas. Si bien antiguamente se pensaba que esta era una consecuencia de infecciones amigdalares repetitivas, hoy tendemos a considerar que se trata de una marcada actividad inmune por parte de la glándula.
Por si mismas, las amígdalas crípticas no son una enfermedad, pero el hecho de tener unas criptas tan grandes puede ayudar a que restos de alimentos se queden depositados en su interior, generando mal aliento, faringitis o incluso piedras (formadas por una mezcla de restos de comida, células muertas, bacterias y calcio). Por estos motivos, quienes tienen estas amígdalas deben cuidar con especial atención su higiene bucal.
Antiguamente, las amígdalas crípticas eran motivo suficiente para entrar a quirófano para eliminarlas. Por suerte, cada vez se perfilan mejor las indicaciones para esta intervención y muchos os habréis dado cuenta que las pasadas generaciones eran operadas con mayor frecuencia que ahora; actualmente solo se sacan este tipo de amígdalas cuando provocan infecciones o piedras de manera repetitiva y casi nunca antes se realiza antes de los 3-5 años (salvo que sea un caso tan complicado que no quede otro remedio). Y recordemos que extirpar la amígdalas no hace que bajen las defensas, ya que la faringe tiene otros focos de tejido linfoide que pueden suplir las funciones de las amígdalas.
Frikidato
Tras una amigdalectomía, el aspecto de la herida puede espantar un poco al paciente y también al médico novato que no la haya visto antes. La fibrina que la recubre le da un aspecto un tanto sucio, pero que desaparece con los meses.
Antiguamente, las amígdalas crípticas eran motivo suficiente para entrar a quirófano para eliminarlas. Por suerte, cada vez se perfilan mejor las indicaciones para esta intervención y muchos os habréis dado cuenta que las pasadas generaciones eran operadas con mayor frecuencia que ahora; actualmente solo se sacan este tipo de amígdalas cuando provocan infecciones o piedras de manera repetitiva y casi nunca antes se realiza antes de los 3-5 años (salvo que sea un caso tan complicado que no quede otro remedio). Y recordemos que extirpar la amígdalas no hace que bajen las defensas, ya que la faringe tiene otros focos de tejido linfoide que pueden suplir las funciones de las amígdalas.
Frikidato
Tras una amigdalectomía, el aspecto de la herida puede espantar un poco al paciente y también al médico novato que no la haya visto antes. La fibrina que la recubre le da un aspecto un tanto sucio, pero que desaparece con los meses.
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Tonsillectomy09.jpg |
Hola,
ResponderEliminarsoy un varón de 26 años y recientemente una médico que me hacía una revisión por otro tema, me indicó (por primera vez en mi vida) que tengo unas amígdalas hipertróficas y crípticas. Me resulta curioso que ningún médico antes me haya dicho esto, por lo que yo no tenía ni idea de que había amígdalas que no fueran como las mías.
Resulta que he tenido mal aliento en épocas y nunca me han sabido decir por qué, ya que tengo buena higiene dental y de estómago y así tampoco he tenido nunca problemas. Ahora entiendo que posiblemente se debiera a mis amígdalas.
Por otro lado, recientemente se me ha generado la sensación de que algunos médicos podrían estar confundiendo mis amígdalas crípticas e hipertróficas (y habitualmente cubiertas por una coloración blanquecina un poco espesa), con una infección tipo anginas. Me han recetado antibióticos varias veces en poco tiempo (por síntomas tipo resfriado leve), solamente con echar un vistazo rápido a mis amígdalas. Procuro avisar de que las tengo hipertróficas de por sí, pero no suelen hacerle mucho caso a ese dato.
Mi pregunta sería... ¿Es esto posible? ¿Es este tipo de amígdalas tan infrecuente que algunos médicos de atención primaria confundieran su aspecto normal con unas anginas infectadas?
Me encantaría una respuesta, ya que no he encontrado muchas más personas que tengan conocimiento de esto. Muchísimas gracias, enhorabuena por el blog y un saludo.
A mí me ha pasado toda la vida, de hecho con 9 años en un campamento de verano el médico se empeñó en q tenía anginas y me estuvo medicando durante 1 semana a pesar de q yo le decía q mis amígdalas eran así, cuando a la semana llegaron mis padres por fin pude dejar de tomarme las medicinas. Yo me las termine quitando a los 18 años por q padecí de anginas muy seguido, de hecho perdí el curso escolar por estar todo el día mala. Y el mal aliento sin duda es de las bolitas blancas q se creaban en las criptas (yo le llamaba cráteres), de vez en cuando me las sacaba empujando en el lateral de la cripta, si, sé que es muy asqueroso. Bueno mucha suerte con tus amígdalas hipertróficas
ResponderEliminar