Esta es quizás una de las cosas que más curiosidad suscita entre las embarazadas; ver que alrededor del cuarto o quinto mes de gestación aparece una línea oscura que atraviesa verticalmente su más o menos abultado vientre, desde el ombligo (o el final del esternón) hasta el pubis.
La línea nigra se debe a los niveles elevados de progestágenos (las hormonas encargadas de preparar el cuerpo para el embarazo), que estimulan la proliferación de melanocitos y una mayor producción de melanina, motivo por el que las embarazadas también experimentan hiperpigmentación de los pezones o del rostro (como el cloasma). Afortunadamente, la mayoría de estas manchas desaparecen a los pocos meses de dar a luz sin necesidad de ningún tipo de tratamiento.
Para explicar por qué la melanina se distribuye así sobre la barriga de una embarazada, conviene conocer la anatomía de la pared abdominal. Los músculos abdominales principales se fusionan en la línea media formando un cordón de tejido fibroso (colágeno) de color blanco, conocido como línea alba, que separa el abdomen en dos mitades desde el esternón hasta el pubis, y es en esta estructura donde tiene tendencia a acumularse el exceso de melanina, dibujando una perfecta línea recta.
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