La fiebre es un aumento de temperatura corporal siempre que no esté motivado por el ejercicio físico o por un ambiente demasiado caluroso. Todos solemos relacionar la fiebre con las infecciones, pero también puede estar causada por alteraciones neurológicas o por la deshidratación.
¿Qué produce la fiebre?
Para empezar, debemos prestar un momento de atención al hipotálamo (ahí va una foto, para que nos situemos todos); en su interior se localizan algunos grupos de neuronas que son los encargados de regular la temperatura corporal, como si se tratara de un termostato.
El hipotálamo recibe información a través de los receptores térmicos situados en la piel y en los órganos internos y compara esta información con su valor de referencia (alrededor de los 36'5º-37ºC). Por encima de estos valores ordena activar mecanismos que estimulen la pérdida de calor y por debajo intenta conservar y generar calor.
Sin embargo, ciertas sustancias químicas pueden elevar nuestro termostato y son conocidas como pirógenos. Los pirógenos son producidos tanto por las bacterias como por nuestro sistema inmune en respuesta a la infección, de hecho el pirógeno más conocido y potente es la interleucina-6, una molécula excretada cuando se activan las células inmunitarias. Estas moléculas llegan al sistema nervioso por vía sanguínea e interactúan con las neuronas del hipotálamo elevando el valor de referencia. El sistema nervioso interpreta que nuestro cuerpo está hipotérmico y activa mecanismos para remediarlo, como las tiritonas (contracciones musculares para generar calor). Otro mecanismo muy efectivo es la hiperfunción del hígado, que es un gran productor de calor, o la vasoconstricción periférica (los capilares más superficiales reducen su diámetro para evitar que la sangre pierda calor).
Entonces, ¿por qué la gente tiene frío cuando en realidad su temperatura interna es superior?
Pues precisamente porque el cerebro interpreta que nuestro cuerpo se encuentra a una temperatura inferior a la que debería. Además, la vasoconstricción a nivel de la piel provoca que los receptores térmicos registren una temperatura inferior a la que están acostumbrados e informen al cerebro de que tenemos frío.
Para acabar casi todos hemos escuchado que la fiebre es un mecanismo de defensa frente a las infecciones, pero ¿conocemos los motivos?
Primero, porque a temperaturas superiores a la corporal muchas bacterias enlentecen su ritmo de crecimiento, mientras que para los linfocitos significa una mayor eficiencia en su trabajo. Y además, la fiebre provoca una caída de los niveles de hierro en sangre, que es un elemento indispensable para la reproducción bacteriana.
Pero una elevación excesiva de la temperatura corporal (superior a 40'5ºC) también supone grandes riesgo para la salud, puesto que las proteínas se pueden desnaturalizar, perdiendo su estructura y función normal, lo que nos lleva ante daño celular y muerte de diferentes tejidos del cuerpo.
Frikidato: ¿Qué hay de cierto en la creencia popular que los niños dan el “estirón” provocado por la fiebre? Lo cierto es que la fiebre en sí misma no parece tener efectos sobre el crecimiento, pero debemos tener en cuenta que los niños con fiebre descansan más y que es durante el sueño cuando se segrega mayor cantidad de hormona del crecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario