Decíamos ayer...
En la mitología griega, Medea es la esposa de Jasón (el de los argonautas, ese mismo). Tras hacerse con el vellocino de oro, el rey de Corintia ofrece a Jasón la mano de su hija, Glauce, y este deja a Medea más plantada que un árbol. Medea, enloquecida por los celos, se venga de Jasón matando a sus dos hijos, Mermeros y Pheres.
Medea Furiosa (Delacroix) |
Algunas insectos y plantas tienen un gen llamado Medea, por su papel similar al de la protagonista de la leyenda. Este gen está compuesto por una toxina y su antídoto. La madre que es portadora de este gen expresará la toxina en su descendencia. Solamente los descendientes que también hayan heredado el gen Medea son capaces de producir el antídoto y sobrevivir. De modo, que si una madre tiene un alelo Medea y la otra copia es no-Medea, la mitad de su descendencia lo heredará y sobrevivirá, mientras que los desafortunados que no lo hereden no llegarán a nacer.
Nos encontramos ante un gen egoísta en el sentido más amplio de su significado. Y bastante extraño en un sentido evolutivo, puesto que en la evolución lo normal es aumentar la descendencia lo máximo posible para que estadísticamente haya más posibilidades de que los genes propios pasen a las futuras generaciones.
Este descubrimiento fue bastante revolucionario, ya que se piensa que este gen podría usarse para controlar poblaciones de insectos que transmiten enfermedades, como la malaria.
Bibliografía
- Maternal control of embryogenesis by MEDEA, a polycomb group gene in Arabidopsis. Grossniklaus U et al. Sciencie 1998 Apr 17;280(5362):446-50.
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