Recuerdo que, cuando era pequeña, la lista de vitaminas que se citaban en los libros incluía las vitaminas F, G, H, I, J y PP (esta última siempre me ha dejado un poco descolocada...). Cuando llegue al Bachillerato vi que estas vitaminas habían desaparecido para mi sorpresa. ¿Qué había sucedido con ellas?
Ninguna de esas vitaminas han desaparecido, simplemente se han reorganizado con el tiempo. Las primeras 5 vitaminas (A, B, C, D, E) fueron obteniendo sus nombres a medida que se iban descubriendo a principios del s. XX, haciendo un gran alarde de imaginación por parte del mundo científico. Lógicamente, cada vez que alguien descubría una nueva molécula seguía el alfabeto, pero más tarde se pensó que muchas de esas vitaminas que iban después de la vitamina E eran en realidad variantes de la vitamina B, por lo que se pasó a hablar de complejo B para agrupar a estas vitaminas y otras pasaron a ser conocidas como otros compuestos que ahora veremos.
La vitamina F en realidad es lo que hoy conocemos como ácidos grasos esenciales, los archiconocidos omega-3 y omega-6. La vitamina G pasó a llamarse B2 o riboflavina (la vitamina B original fue rebautizada como B1). La vitamina H se convirtió en la vitamina B7 o biotina y la vitamina I se disgregó en varias vitaminas B.
La vitamina J sigue siendo ella misma, pero dejó de nombrarse porque a pesar de ser muy beneficiosa para algunos animales, como los cerdos, para el ser humano no tiene implicaciones nutricionales.
La vitamina K es la única que mantiene su estatus y no fue rebautizada, debido a que la descubrieron los alemanes, y pensaron que siendo prácticos lo mejor era que el nombre recordara la función de la molécula (K de Koagulation).
¡Pero resulta que más allá de la vitamina K la lista seguía! Así la vitamina L, que regulaba la lactancia en las ratas (¿a quién se le ocurren estas cosas?), es un componente conocido como ácido antranílico vinculado a drogas recreativas. La vitamina M se convirtió en ácido fólico o B9 y la vitamina Q es a día de hoy la coenzima Q10 (sí, esa cosa de las cremas de la cara).
La enigmática vitamina PP, cuyo nombre deriva de "factor para la Prevención de la Pelagra", es actualmente la vitamina B3 o niacina. La pelagra es la enfermedad causada por el déficit de la susodicha vitamina, también conocida como la enfermedad de las 3 D, ya que sus tres síntomas principales son la dermatitis, la diarrea y la demencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario