Los dientes de leche, también conocidos como dentición decidua, son un hecho común en todos los mamíferos, no solo en los humanos como se podría creer. Esta primera dentición tiene una duración más o menos breve durante la infancia del individuo y luego es reemplazada por la dentición definitiva. Vamos a hablar un poco de estos dientes que, por su carácter pasajero, se les suele dar poca importancia.
La dentición de leche está compuesta por 20 piezas: 8 incisivos, 4 caninos y 8 molares temporales (que serán reemplazados por los futuros premolares). Si hacéis la cuenta, veréis que un adulto tiene 12 piezas más. Estos son los molares, que aparecen posteriormente como parte de la dentadura definitivo.
Si alguien se había preguntado como salen los dientes definitivos, aquí os dejo una foto de una mandíbula con la dentición de leche. Como vemos, los niños ya tienen los dos tipos de dientes. Los definitivos están debajo de los de leche desde el principio, acechando para salir, y se encuentran bastante amontonados antes de salir. Viendo la imagen parece imposible que esos dientes puedan llegar a salir alineados. Y precisamente aquí, llegamos a la función de los dientes de leche en los mamíferos, que no es más que conservar el espacio hasta que el crecimiento mandibular sea el suficiente para poder albergar toda la dentición permanente. Los dientes de leche también son necesarios para el desarrollo del lenguaje y de la función bucomuscular, pero el rol que los hace imprescindibles es que sean transitorios hasta que la mandíbula crezca para tener espacio para los otros 32 dientes definitivos. Además ayudan a que la erupción definitiva sea organizada, ya que el diente nuevo debe acomodarse al espacio que le deja el diente que ha caído (por eso la caída es progresiva).
¿Debemos preocuparnos por los dientes de leche?
Pues depende, cosas como que a un niño se le caigan antes o después que al resto de niños de la clase no debería ser signo de alarma. Pero sí que debería serlo que aparezca el diente definitivo antes de que se caiga el de leche correspondiente o que se caiga un incisivo y que su par no lo haga al poco tiempo.
Ojo, porque la gente suele despreciar un poco los dientes de leche. Seguro que más de uno (yo incluida) ha pensado que da igual que a un niño le salga una caries en un diente leche, total si luego se cae y adiós caries. Pues no, pensad que la caries erosiona el diente y puede hacer perder algo de espacio para la futura dentición. Así que las caries en los dientes de leche deben tratarse siempre.
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